Johannesburgo, 20 jun (EFE).- El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, admitió este viernes que las desigualdades persisten en el país y que la confianza en las instituciones se ha deteriorado, al conmemorar el trigésimo aniversario del Tribunal Constitucional.
"La promesa de la Constitución está lejos de haberse cumplido plenamente. La desigualdad persistente, las amenazas a la independencia judicial, la falta de implementación de las sentencias y la erosión de la confianza en las instituciones siguen siendo desafíos urgentes", dijo Ramaphosa, en la sede de la corte, en el suburbio de Braamfontein, en Johannesburgo (norte).
El presidente compartió este mensaje semanas después de anunciar el pasado 10 de junio que convocará un diálogo nacional inclusivo, en un contexto marcado por la inestabilidad política y la fragilidad del Gobierno de unidad nacional que dirige el país desde las elecciones de mayo de 2024.
En esos comicios, el partido de Ramaphosa, el histórico Congreso Nacional Africano (CNA), perdió por primera vez la mayoría absoluta desde la restauración de la democracia en el país en 1994, tras el fin del régimen segregacionista del apartheid que regía desde 1948.
"Así como una persona no puede disfrutar de sus derechos sin un acta de nacimiento, nuestro país quedaría a la deriva y vulnerable ante los excesos del poder sin control. Celebramos la existencia de este Tribunal durante más de 30 años, en los que ha defendido nuestra democracia", afirmó el mandatario.
Ramaphosa alabó algunas de las sentencias la corte referidas, por ejemplo, a los derechos de las personas homosexuales en Sudáfrica, que fue uno de los primeros países en África en legalizar el matrimonio igualitario en 2006.
"El Gobierno tiene un papel fundamental, pues recae sobre él el deber y la responsabilidad de aplicar las decisiones judiciales. La sociedad civil continúa actuando como un vigilante atento y como defensora de las voces de nuestro país. Y el público, cuya confianza en el Estado de derecho perdura, es lo que otorga legitimidad a este Tribunal", concluyó el jefe de Estado sudafricano.
En su discurso, Ramaphosa no hizo referencia a las tensiones en el seno del Ejecutivo de coalición, cuyo segundo partido es la Alianza Democrática (DA), hasta ahora primer partido de la oposición e históricamente ligado a la minoría blanca, que representa menos del 8 % de la población del país.
Esos desacuerdos quedaron plasmados en las recientes dificultades para aprobar un presupuesto nacional, algo que no sucedió hasta la tercera propuesta presentada por el ministro de Finanzas, Enoch Godongwana.
Esto se suma a otros conflictos, como los relativos a la Ley de Enmienda de la Ley de Educación Básica -que la DA considera que amenaza la lengua de la población afrikáner (descendientes de los colones neerlandeses)- o a la Ley de Expropiación, que facilita el Estado la expropiación de tierras por interés público. EFE