El estado de emergencia en Sudán del Sur para parar violencia tribal abre miedo al abuso

Emergencia en Warrap y Mayom: el presidente Salva Kiir busca desarmar a civiles tras ola de violencia intertribal, mientras expertos advierten sobre posibles abusos y tensiones políticas en aumento

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Atem Simon Mabior

Yuba, 19 jun (EFE).- El estado de emergencia declarado en las regiones sursudanesas de Warrap y Mayom, foco de violencia tribal y política en los últimos meses, provoca reacciones encontradas en el país, entre quienes ven la medida necesaria para detener el caos y los que lo consideran una violación del acuerdo de paz de 2018 que abre la puerta a una mayor represión.

El presidente Salva Kiir declaró la emergencia el pasado 5 de junio, situación que afecta al estado de Warrap -del que es oriundo- y al condado de Mayom, en el vecino estado de Unidad, después de una espiral creciente de asesinatos y violencia entre tribus, represalias intercomunitarias y robo de ganado.

Esto sumió la región en un caos y un deterioro sin precedentes desde el fin de la guerra civil, en medio de la proliferación de armas en manos de civiles y la ausencia de una clara presencia gubernamental que derivó en enfrentamientos entre comunidades.

Tan solo en el condado de Tonj East, en el estado de Warrap, diversas estimaciones de Naciones Unidas apuntan que más de 200 personas han muerto en estos enfrentamientos.

La declaración del estado de emergencia ha venido acompañada del lanzamiento de una campaña militar liderada por el Ejército para desarmar a los civiles de la zona, con el despliegue la semana pasada de unos 10.000 efectivos para implementar esa directivas.

En declaraciones a EFE, el portavoz del Ejército, Lul Ruai Kong, hizo "un llamamiento a todos los jóvenes" de estas regiones para que entreguen "voluntariamente todas las armas que poseen": "Les advertimos de las consecuencias de incumplir estas directivas, ya que los desarmaremos por la fuerza".

Ruai afirmó que esta campaña "garantizará la protección de los derechos civiles".

Sin embargo, para el periodista y analista político, Anthony Kiir Malek, la declaración del estado de emergencia "no traerá estabilidad a la región, ya que no es la primera vez que fracasan las campañas de desarme".

Malek explicó a EFE que se teme que se produzcan "enfrentamientos entre el Ejército y la población civil en estas zonas como resultado de las violaciones y abusos que acompañan a estas campañas", unido a las repercusiones debido a la tensión política que prevalece actualmente en el país.

El analista no espera que la confiscación de armas ni el estado de emergencia "logren estabilidad en Warrap y Unidad", sino "todo lo contrario, porque las prácticas a las que está acostumbrado el Ejército provocarán enfrentamientos con jóvenes armados en Warrap, como ocurrió en 2017".

Por su parte, el director de la Organización de Empoderamiento Comunitario y miembro del Mecanismo de Monitoreo del Alto al Fuego, Edmond Yakani, celebró la decisión, aunque la tildó de "tardía".

"Aplaudimos la tardía decisión del Gobierno y también instamos al presidente a que lleve ante la justicia a los políticos implicados en la incitación a la violencia y los combates, ya que sin su condena, la violencia y las violaciones en esas zonas no cesarán jamás", sostuvo Yakani.

El Gobierno de Warrap, que celebró la declaración del estado de emergencia y la movilización de efectivos militares, confirmó a EFE el establecimiento de una base militar en el condado de Tonj Sur, uno de los epicentros de la violencia.

"Los grupos de jóvenes han comenzado a entregar sus armas de forma pacífica y voluntaria a las autoridades sin encontrar resistencia significativa", dijo el ministro de Información del estado, Mamer Path Marol.

En la misma línea, el gobernador del estado Unidad, Riak Bim, aseguró que el Ejército ya estaba desplegado en el condado de Mayom "para impedir el movimiento de las milicias del Ejército Blanco y jóvenes armados en la zona".

El analista Malek, no obstante, incidió en que "el estado de Unidad, del que proviene el líder de la oposición en Yuba Riek Machar, no será estable mientras persista la tensión entre el Gobierno y la oposición".

Sudán del Sur atraviesa una crisis política y de violencia desde el pasado mes de marzo, cuando la milicia denominada 'Ejército Blanco', inicialmente aliada de la oposición, atacó una guarnición de las fuerzas gubernamentales de Yuba, que ha respondido con una campaña de represión.

En ese sentido, Malek recordó que "las fuerzas del Ejército Blanco operan allí por motivos políticos, no para robar vacas", zanjó el analista. EFE