Dónde deben dormir los perros en verano, según los expertos: así evitan golpes de calor

Los expertos recomiendan que los perros duerman dentro de casa en verano para evitar golpes de calor, mejorar su bienestar emocional y fortalecer el vínculo familiar con un espacio seguro y fresco

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Con el aumento de las temperaturas, surge una duda habitual entre quienes conviven con perros: ¿deben dormir dentro o fuera de casa durante el verano? Aunque algunas razas están más habituadas al exterior, veterinarios y especialistas en comportamiento animal coinciden en que, cuando hace calor, lo más recomendable es que descansen dentro del hogar.

Durante los meses estivales, las noches pueden no ofrecer el respiro térmico que se espera, y esto pone en riesgo el bienestar del animal. El calor afecta no solo a su descanso, sino también a su salud física y emocional. Saber dónde y cómo debe dormir un perro en esta época puede marcar la diferencia.

DORMIR DENTRO MEJORA EL DESCANSO Y EL VÍNCULO

En declaraciones recogidas por La Razón, la etóloga y adiestradora canina Jungla Luque explica que los perros "deben dormir dentro del hogar, en un espacio seguro y acompañado". Esto favorece su descanso, reduce el estrés y fortalece su vínculo con la familia.

Luque advierte que dormir fuera puede mantener al animal en estado de alerta, impidiéndole alcanzar un sueño profundo. Esta tensión continuada puede traducirse en ladridos nocturnos, ansiedad o problemas de comportamiento. Si el perro es independiente o está acompañado por otro animal, podría adaptarse mejor al exterior, pero siempre con una caseta adecuada que lo proteja del clima.

EL CALOR NOCTURNO, UN RIESGO PARA SU SALUD

Los perros tienen una capacidad limitada para regular su temperatura corporal. Su principal sistema de refrigeración es el jadeo, complementado por las almohadillas de sus patas, lo que los hace especialmente vulnerables en climas calurosos. Las temperaturas elevadas durante la noche, sobre todo en zonas urbanas, pueden impedir que se enfríen correctamente y derivar en golpes de calor.

En este sentido, el veterinario Rob Proietto, especialista en comportamiento animal con sede en Nueva York, subraya que las condiciones climáticas deben ser un factor clave a la hora de decidir dónde duerme el perro. En declaraciones recogidas por Gizmodo, advierte que el calor excesivo en verano puede afectar especialmente a razas braquicéfalas, como los bulldogs, que tienen más dificultad para disipar el calor y corren un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor.

CÓMO DEBE SER EL LUGAR IDEAL PARA DORMIR

El espacio donde duerme un perro en verano debe reunir ciertas condiciones básicas:

Frescura y ventilación: lejos del sol directo o de fuentes de calor, y con buena circulación de aire.

Seguridad: sin acceso a objetos peligrosos, cables o productos tóxicos.

Comodidad: con una cama transpirable, una esterilla refrigerante o directamente el suelo si es más fresco.

Cercanía: en un rincón tranquilo, pero cerca de sus dueños, para reforzar el vínculo y el bienestar emocional.

Agua disponible: siempre fresca y al alcance del animal.

¿ES BUENO QUE DUERMAN EN LA CAMA?

Otro de los debates habituales es si deben dormir en la cama con sus dueños. Según Jungla Luque, no hay problema en que lo hagan, siempre que el perro esté desparasitado y la persona esté de acuerdo con la presencia de pelo o posibles movimientos nocturnos. Se trata de una elección personal, sin implicaciones negativas para el animal si se cumplen esas condiciones.

¿HAY PERROS QUE PUEDEN DORMIR FUERA?

Algunos perros que ya están muy habituados a dormir en el exterior -por carácter independiente o por costumbre- pueden tolerarlo mejor, siempre que dispongan de sombra, refugio adecuado y agua fresca. Sin embargo, incluso en estos casos, durante episodios de mucho calor, lo más seguro sigue siendo permitirles dormir dentro de casa.

CONCLUSIÓN: PROTEGERLES TAMBIÉN DE NOCHE

Permitir que los perros duerman dentro de casa durante el verano no es solo una cuestión de comodidad. Es una medida de protección frente a las altas temperaturas y un refuerzo para su bienestar emocional. Escuchar a los especialistas, observar las señales del animal y adaptar el entorno a sus necesidades es clave para garantizar un descanso reparador y una vida más saludable.