
La Secretaría General de la ONU ha condenado este martes el ataque que tuvo lugar en la víspera contra un convoy humanitario del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que se saldó con la vida de cinco de sus miembros en el estado sudanés de Darfur Norte.
"Condenamos en los términos más enérgicos posibles este horrible acto de violencia contra el personal humanitario que, literalmente, pone en peligro su vida en un intento de llegar a los niños y familias vulnerables de las zonas de Sudán afectadas por la hambruna", ha declarado el portavoz de este órgano, Stéphane Dujarric, en un comunicado.
Así, ha exigido "condiciones operativas seguras y óptimas, y que todas las partes respeten el Derecho Internacional Humanitario", mientras que ha recordado que los convoyes de ayuda deben estar protegidos, y las partes tienen la obligación de permitir y facilitar el paso rápido y sin trabas de la ayuda humanitaria a los civiles necesitados.
Con todo, el portavoz ha extendido sus condolencias a los seres queridos de aquellos que han fallecido en el cumplimiento de su deber en Sudán, y ha deseado una "pronta recuperación" a aquellos que resultaron heridos.
En la víspera, cinco miembros de un convoy conjunto del PMA y UNICEF murieron en un ataque perpetrado en la ciudad de Al Koma contra un convoy compuesto por un total de 15 vehículos que había partido desde Puerto Sudán, a 1.800 kilómetros de distancia, y circulaba hacia El Fasher. Por ahora no se ha aclarado quién estuvo detrás del suceso, en medio de la guerra civil desatada en abril de 2023.
Las agencias de la ONU han alertado de que, tras meses de violencia, cientos de miles de personas sufren graves carencias alimentarias y pueden incluso morir en El Fasher si no reciben ayuda de forma "urgente". Asimismo, han señalado que la ruta del convoy había sido notificada con anterioridad a las partes.
La ciudad de El Fasher se encuentra bloqueada por las RSF, que han llevado a cabo decenas de ataques contra la localidad y los campamentos de desplazados situados en sus alrededores. Por su parte, Al Koma está en manos de los paramilitares y ha sido igualmente objetivo de ataques por parte de las fuerzas gubernamentales.
Sudán se vio sumido en una devastadora guerra en abril de 2023 a causa de las discrepancias en torno al proceso de integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, lo que hizo descarrilar totalmente la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir y ha provocado una grave crisis humanitaria en el país, escenario además de la mayor crisis de desplazamiento a nivel mundial.