Colombia y Brasil destruyen equipos de grupo armado que extrae oro ilegal en la frontera

Operación militar en la frontera amazónica destruye maquinaria de minería ilegal del grupo Comandos de Frontera, contribuye a la lucha contra el crimen organizado y protege el medio ambiente en la región

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Bogotá, 1 jun (EFE).- Los Ejércitos de Colombia y Brasil realizaron una operación conjunta en la frontera amazónica donde destruyeron ocho unidades de minería ilegal de oro del grupo armado Comandos de Frontera, una disidencia de la antigua guerrilla de las FARC, indicaron este domingo fuentes militares.

En la operación, en la que también intervinieron la Fuerza Aérea y la Fiscalía colombiana, fue destruida maquinaria valorada en cerca de cinco millones de dólares, que incluye 34 dragas, tres balsas con combustible, cuatro botes y unos 38.000 litros de combustible, según informó el Ejército colombiano en un comunicado.

Todo este material, agregó la información, era utilizado por el grupo armado Comandos de Frontera para extraer oro ilegalmente en el río Puré, dentro del territorio indígena de Tarapacá.

Ese río está reconocido por el Estado colombiano como sujeto de derechos y es considerado una zona prioritaria de protección para los soldados desplegados en la región, añadió el Ejército.

Las autoridades estiman que, con este golpe, los Comandos de Frontera dejarán de recibir hasta 25 millones de dólares al año, ya que extraían más de 38 kilos de oro al mes.

Los Comandos de Frontera surgieron en 2019 y operan principalmente en el departamento colombiano del Putumayo. El grupo, integrado por antiguos miembros de las FARC y de organizaciones paramilitares, hace parte de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), una disidencia de las FARC con la que actualmente el Gobierno colombiano negocia la paz.

Este operativo, subrayó el Ejército, se enmarca en los acuerdos binacionales entre Colombia y Brasil para debilitar organizaciones criminales, frenar sus alianzas transnacionales y proteger el medio ambiente y la seguridad en la frontera amazónica. EFE