Shelton, el aprendiz de terrícola

Ben Shelton se enfrenta a Carlos Alcaraz en octavos de Roland Garros, buscando demostrar su capacidad en tierra batida tras superar con éxito la tercera ronda del torneo parisino

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Luis Miguel Pascual

París, 31 may (EFE).- Un vistazo a los resultados de Ben Shelton basta para darse cuenta de que el estadounidense de 22 años, que este domingo desafía en octavos de final al español Carlos Alcaraz, no es un especialista en la tierra batida.

Pero si se mira con más detenimiento, se ve que el de Atalanta lleva ya unos años adaptando su juego directo y agresivo a una superficie donde sus principales armas objetivas tienen menos contundencia.

"Intento adaptar mi tenis a la tierra batida, sin por ello perder agresividad. Se puede subir a la red, hacer voleas e intentar un juego de saque-volea también en esta superficie", aseguraba el estadounidense tras superar la tercera ronda contra el italiano Matteo Gigante, procedente de la fase previa.

Shelton, actual número 13 del mundo, lo demostró en el pasado torneo de Múnich, en el que alcanzó la final, que perdió contra el alemán Alexander Zverev.

Pero el resto de su gira de tierra no fue tan brillante. Una sola victoria en otros tres torneos, conseguida en Madrid contra el argentino Mariano Navone, y un set arrebatado al español Alejandro Davidovich en Montecarlo.

"Empiezo a darme cuenta de que no necesito estar 20 pasos por detrás de la línea de fondo, como suele hacerse en arcilla, para poder desarrollar mi tenis y ser eficaz", aseguraba el jugador.

Shelton es un digno representante de una nueva generación del tenis estadounidense que llega con fuerza. Él, Tommy Paul y Frances Tiafoe estarán en los octavos de final de París. Desde que hace 30 años se clasificaran Jim Courier, André Agassi y Michael Chang, no había tres tenistas de Estados Unidos en la ronda de los 16 mejores en el torneo parisino.

Aun le queda camino por delante a Shelton, sobre todo a la hora de afrontar al tenista que mejor balance sobre esa superficie ha firmado esta temporada, con 17 triunfos y una sola derrota, concedida en la final de Barcelona y físicamente tocado.

"Para mí es ya un premio poder medirme a un rival de esa categoría y hacerlo en una pista importante. Voy a salir y disfrutar. Es una experiencia que pocos pueden tener", dijo el estadounidense, que superó a Gigante en la pista Suzanne Lenglen, la segunda mayor de Roland Garros, y este domingo descubrirá la Philippe Chatrier, la central.

"Creo que comienzo a ganar potencia y consistencia en esta superficie, empiezo a producir mi mejor tenis. Creo que puedo ser peligroso", agregó.

Shelton, que pasea por la capital francesa su peinado a lo afro y una camiseta sin mangas que le permite lucir unos trabajados brazos, viene de alcanzar las semifinales de Australia y las disputó hace dos años en Estados Unidos, pero nunca antes había superado la tercera ronda en Roland Garros, el único 'grande' en el que no había pisado los octavos.

En sus vitrinas figuran dos títulos, el de Tokio, sobre pista dura, y el de Houston, en tierra.

En el que ya es su mejor Roland Garros, comenzó disputando cinco sets contra el italiano Lonrezo Sonego, antes de verse dispensado de segunda ronda por la retirada del francés Hugo Gaston y de superar en tres fáciles sets a Gigante.

Durante sus partidos, Shelton mira a la grada donde su padre, que llegó a ser el número 55 del mundo y que es su entrenador, le prodiga consejos.

Al tiempo, con un pinganillo, conecta de vez en cuando con una televisión de Estados Unidos que transmite los partidos en directo y entabla conversación durante el partido con Courier, que es quien los comenta.

"Me preguntan sobre la forma en la que Ben prepara los partidos. Creo que es una bonita experiencia", aseguró el padre.

Una opinión que comparte el hijo, que cree que este tipo de novedades puede enriquecer la manera en la que los espectadores pueden vivir los partidos. EFE