Kim Moon-soo, de activista sindical preso a candidato conservador a suceder a Yoon

Kim Moon-soo, exactivista y líder sindical, asume la candidatura del Partido del Poder Popular tras su evolución ideológica y propone una agenda económica liberal y cambios en política exterior

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Ruy A. Valdés

Seúl, 31 may (EFE).- Kim Moon-soo encarna una de las metamorfosis ideológicas más radicales de la política surcoreana, con unos inicios de revolucionario sindical encarcelado durante la dictadura militar a formar parte de las alas más conservadoras del Partido del Poder Popular (PPP), que lo ha elegido como su candidato presidencial tras la caída de Yoon Suk-yeol.

Nacido en 1951 en un entorno rural empobrecido, Kim es el sexto de siete hermanos. Destacó como estudiante y logró ingresar en la Universidad Nacional de Seúl en 1970, donde abrazó las ideas de izquierda que permeaban los movimientos estudiantiles. Su activismo le costó la expulsión en dos ocasiones y lo llevó al mundo obrero, donde trabajó en fábricas textiles y lideró sindicatos a lo largo de la década de 1970.

Ya como dirigente sindical, fue encarcelado en 1986 por su participación en la insurrección del 3 de mayo en Incheon, bajo la dictadura de Chun Doo-hwan. Durante su detención, fue torturado y pasó más de dos años en prisión.

Tras su liberación, y desencantado por la caída de la Unión Soviética, Kim abandonó el sueño revolucionario y apostó por la vía institucional, ingresando en 1994 en el conservador Partido Democrático Liberal, antecesor del PPP, al que había combatido durante años. Fue tachado de traidor por antiguos aliados, pero venció en su primer intento electoral para legislador en 1996.

Durante la siguiente década, fue reelegido diputado en dos ocasiones y nombrado presidente del comité de candidaturas de su partido en 2004, donde ganó reputación por su rigor al apartar a figuras envueltas en escándalos.

En 2006, fue elegido gobernador de la provincia de Gyeonggi, la más poblada del país, y reelegido en 2010. Durante su gestión impulsó la idea de un sistema de trenes exprés (GTX) que uniera el área metropolitana de Seúl, proyecto que hoy se encuentra en expansión. También atrajo inversiones como la planta de semiconductores de Samsung en Pyeongtaek

Sin embargo, su carrera cayó en picado tras perder la primaria presidencial del partido ante Park Geun-hye en 2012, y sufrir derrotas consecutivas en las legislativas de 2016 y las municipales de 2018. Durante un tiempo fue una figura marginal del ala más derechista.

Su resurrección política llegó con el Gobierno de Yoon Suk-yeol, que lo nombró presidente de la Comisión Económica y Social y, más tarde, ministro de Trabajo.

Su imagen se potenció tras la fallida imposición de la ley marcial de Yoon, en diciembre de 2024. En una sesión parlamentaria posterior, mientras otros ministros pedían disculpas, Kim se negó a inclinar la cabeza, convirtiéndose para los simpatizantes del PPP en símbolo de la firmeza conservadora.

Kim terminó imponiéndose como candidato presidencial del PPP tras una intensa batalla política con el ex primer ministro Han Duck-soo, quien había mostrado mejores resultados en las encuestas.

Ya en campaña, Kim ha mostrado señales contradictorias respecto a su postura sobre la ley marcial. En una entrevista para el medio local Channel A, en mayo, expresó por primera vez "profundas disculpas" a los ciudadanos afectados por el decreto de Yoon, afirmando que no asistió a la reunión del Gabinete donde se discutió la medida y que no la habría apoyado.

Sin embargo, también justificó el contexto que llevó a su proclamación, criticando al Parlamento por aprobar leyes "extremas" que empujaron a Yoon a actuar unilateralmente y ha mostrado neutralidad en cuanto a la permanencia del expresidente en el partido.

Según una encuesta de Realmeter publicada el miércoles, Kim obtiene el 36,8 % de la intención de voto, muy por detrás de su rival Lee Jae-myung, que ostenta un 49,2 %.

En un intento por remontar, Kim ha centrado su campaña en una agenda económica liberal y tecnocrática que incluye recortes a impuestos corporativos, subsidios energéticos y una reforma laboral para flexibilizar la jornada de 52 horas. Promete impulsar un megaplan de inteligencia artificial y construir 100.000 viviendas anuales para jóvenes con incentivos por natalidad. También plantea ampliar la red nacional de trenes GTX.

En política exterior, propone relanzar la relación con Washington mediante una cumbre bilateral inmediata con relación a las negociaciones del "paquete arancelario". Asimismo, aboga por la reubicación de armas nucleares tácticas estadounidenses en el Sur y el desarrollo de submarinos de propulsión nuclear, aunque todavía no ha ofrecido una postura clara sobre la política hacia Corea del Norte.

Kim encara una campaña cuesta arriba y con el reto inmediato de reunificar a su partido y de cerrar las divisiones, tanto en el PPP como entre sus simpatizantes, agravadas por la crisis institucional derivada de la ley marcial. EFE