Luis Miguel Pascual
París, 30 may (EFE).- Una vieja polémica, las mismas respuestas. Roland Garros, acusado de machismo por su negativa a programar en el turno nocturno partidos femeninos y su directora, Amélie Mauresmo, rescata la misma réplica desde hace años: los encuentros masculinos son más largos.
Desde que en 2021 el Grand Slam de tierra batida estrenó su 'sesión golfa', el debate es recurrente en el circuito, sin que por ahora exista una respuesta convincente.
"Es una vergüenza", aseguró la tunecina Ons Jabeur, la tenista que más alto elevó la voz contra la decisión de vetar a las mujeres en el partido que, en teoría, más atención acarrea en el torneo.
En el punto de mira de la actual número 36 del mundo estaba la Federación Francesa de Tenis, organizadora del torneo, pero también la televisión de Amazon, que en Francia tiene los derechos de transmisión de ese duelo.
Los segundos se lavan las manos y aseguran que es la FFT quien elige el partido de la noche, mientras que Mauresmo echa balones fuera.
"No es que las chicas no merezcan jugar por la noche, no es una cuestión de nivel. Pero hay que responder a ciertas exigencias", señaló la ex número uno del mundo.
En primer lugar, la duración de los partidos, a tres sets, es más corta y hay que pensar en los 15.000 espectadores que pagan una entrada para ver el encuentro.
Mauresmo descartó imitar a otros Grand Slam, como los Abiertos de Australia y Estados Unidos, que programan un partido masculino y otro femenino por la noche, porque genera demasiados problemas.
Habría que comenzar antes, lo que puede provocar que las gradas estén vacías en el primer tramo, y acabarían más tarde, con bajas temperaturas en la primavera parisiense y sin una infraestructura de transporte públicos que garantice el retorno de los espectadores.
En todo caso, la exjugadora defendió el buen momento que atraviesa el tenis femenino, con la rivalidad entre la bielorrusa Ayrna Sabalenka y la polaca Iga Swiatek, a quienes se unen las estadounidenses Coco Gauff y Madison Keys, ganadora del último Abierto de Australia.
Para Jabeur, el programa de esta edición tenía carteles más atractivos en el cuadro femenino que algunos de los que se programaron entre hombres.
"Hemos visto un Badosa-Osaka, un partido increíble. Es una pena para el deporte femenino en general", dijo la tunecina. Aquel partido duró casi dos horas y media, algo más que el duelo entre el italiano Jannik Sinner y el francés Arthur Rinderknech programado ese mismo día por la noche.
En cuatro años, solo cuatro partidos femeninos han superado la criba del turno de noche. Serena Williams-Begu y Swiatek-Kostyuk en 2021, Cornet-Ostapenko en 2022 y Sabalenka-Stephens en 2023.
El año pasado desaparecieron del programa y nada hace indicar que, por ahora, vayan a volver.
Se había especulado con la opción de que se jugara un partido femenino este sábado, cuando la sesión de noche de Roland Garros coincidirá con la final de la Liga de Campeones de fútbol, que disputa el París Saint-Germain y el Inter de Milán.
Hubiera sido un mensaje negativo también para el tenis femenino, programado en una jornada en la que difícilmente cabe un partido masculino.
Al final, optaron por poner el duelo entre el serbio Novak Djokovic, el tenista con mejor palmarés de todos los tiempos, y el austríaco Filip Misolic.
Las jugadoras tendrán que esperar y Roland Garros seguirá en el punto de mira de las acusaciones de machismo, tratando de conciliar dos sensibilidades contradictorias. EFE