El enviado de EEUU para Siria iza la bandera en la residencia del embajador en Damasco ante la mejora de lazos

Thomas Barrack, embajador en Turquía, levanta la bandera estadounidense en Damasco, marcando un hito en las relaciones bilaterales tras el cierre de la embajada en 2012

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El enviado estadounidense para Siria, Thomas Barrack, ha izado este jueves la bandera de Estados Unidos en la residencia del embajador en Damasco por primera vez desde el cierre de la legación en 2012, en el marco de un proceso de normalización de las relaciones con las autoridades instauradas tras la caída del régimen de Bashar al Assad en diciembre de 2024.

El acto ha contado con la presencia del ministro de Exteriores sirio, Asaad al Shaibani, según un mensaje en la cuenta de la cartera en la red social X, donde ha publicado además una fotografía del acto con el izado de bandera por parte de Barrack, quien es además embajador estadounidense en Turquía.

Posteriormente, el propio Barrack ha dicho en declaraciones a la cadena de televisión Al Arabiya que Estados Unidos busca "empoderar" al Gobierno, incluida su próxima retirada de la lista de países que respaldan el terrorismo, sin facilitar la fecha en la que se realizará el anuncio.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió a mediados de mayo en la capital de Arabia Saudí, Riad, con el mandatario sirio, Ahmed al Shara, un día después de anunciar una reducción de las sanciones a Damasco, un momento en el que apostó por una "normalización" de las relaciones bilaterales.

El encuentro entre Trump y Al Shara supuso un giro en la política de Estados Unidos, que consideraba al líder del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) como un terrorista, tras anunciar en diciembre que retiraba la recompensa de diez millones de dólares (unos 9,5 millones de euros) por informaciones que permitieran su captura.

El nuevo Gobierno sirio ha reclamado en varias ocasiones la retirada de sanciones y ha prometido que trabajará de cara a una transición pacífica, al tiempo que se ha comprometido a defender los derechos de mujeres y minorías, ante las preocupaciones internacionales sobre el riesgo de deriva represiva por el papel de los yihadistas al frente del país, sumido en una profunda crisis humanitaria tras cerca de catorce años de conflicto.