El hallazgo de dos sarcófagos desvela el posible templo cristiano más antiguo de España

Descubren en Burgos dos sarcófagos visigodos que podrían indicar la existencia de un mausoleo romano, sugiriendo que la ermita de Montes Claros es el templo cristiano más antiguo de España

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Patricia Carro

Burgos (España), 28 may (EFE).- El hallazgo de dos sarcófagos intactos de época visigoda (siglo VI) ha sido la última sorpresa del proyecto arqueológico de la ermita de Montes Claros de Ubierna (Burgos), en el norte de España, en la que se excava una necrópolis con mil años de enterramientos y que podría asentarse sobre un mausoleo romano, lo que la convertiría en el templo de culto cristiano conservado más antiguo de España.

 “La ermita es al menos del siglo VI pero probablemente está levantada sobre un mausoleo de época romana”, explicó a EFE Óscar González, arqueólogo de Ades Arqueología y Patrimonio, la empresa encargada de la excavación, que desde que se presentó a mediados de mayo el documental que recoge la investigación en torno a los sarcófagos no ha parado de hablar de la ermita y su pasado.

El estudio reciente en el interior del templo -hasta 2024 solo habían actuado en el entorno de la cabecera y desde el exterior- ha permitido confirmar lo que sospechaban: “Siempre íbamos persiguiendo sombras, se nos escapaba algo, pero veíamos que había restos romanos, en las paredes, en la cimentación”.

“Hay dos niveles de suelo de época romana o al menos con una técnica romana que se llama 'opus signinum' (un tipo de pavimento) y están en fase de datación”, indicó González, que espera que los resultados puedan estar para finales de año pero no descarta que estemos ante restos de los siglos V o IV, sobre los que se habría levantado la ermita visigoda.

Además, en los trabajos de restauración del templo de 1996 ya aparecieron dos fragmentos de lápida funeraria, con inscripciones de época romana, y en un control de obra, un ara romana -pequeño altar de piedra- en el interior de la ermita, lo que ha ido asentando esa teoría de que la misma esté levantada sobre un edificio de culto, probablemente un mausoleo, de época romana.

“Todo esto lo ponemos en relación con el yacimiento que hay a los pies de la ermita, con restos de época alto imperial, y sumando indicios, sospechamos que es el Bravum, la ciudad que citan los geógrafos romanos pero que nunca se ha tenido claro dónde estaba”, explicó, un enclave entre romano y prerromano, que se mira en espejos sí conocidos como Deobrígula (Tardajos) o Segisama (Sasamón).

Un hallazgo único lleno de posibilidades históricas

“También nos tildaban de locos cuando nos lanzamos a dar una aproximación de la época a la que podían pertenecer los sarcófagos, y las dataciones lo han confirmado”, bromeó González, pues siempre sostuvieron que podían ser del siglo VI, pero otros expertos los databan en el siglo X.

Los dos sarcófagos, con sus restos intactos en el interior, el de un hombre y una mujer de unos 50 años -ella llevaba un anillo en uno de los dedos-, se recuperaron en la campaña de excavaciones de 2022, pero las intensas lluvias del otoño les obligaron a extraerlos y trasladarlos al Museo de Burgos para realizar allí la excavación.

El equipo del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de Burgos ha hecho una reconstrucción paleobiológica: corresponden a individuos bastante altos, de 1,70 o 1,60, y en bastante buen estado de salud, salvo por algunas patologías degenerativas derivadas de la edad o del trabajo duro, señaló la paleontóloga Rebeca García.

Ahora, quieren hacer análisis de isótopos estables y microscopía de los dientes para saber qué comían y cómo lo preparaban; y un estudio de ADN antiguo para conocer si entre ellos había algún tipo de relación, o sus orígenes, pues Óscar González plantea que, dada la calidad de los sarcófagos, podrían ser visigodos de primera generación, o con ancestros que solo cien años antes hubieran vivido en Francia.

Análisis que requieren de financiación, para lo que miran a la Junta de Castilla y León, región española del norte peninsular, pues la Diputación de Burgos ha colaborado con las excavaciones, y el Ayuntamiento de Merindad de Río Ubierna es el impulsor del proyecto.

La investigación tendría que incluir también los otros restos que se han ido recuperando a lo largo de las seis campañas de excavación, en torno a una docena, pues van desde el siglo III al XIII, así que un estudio comparativo puede ofrecer mucha información sobre el pasado de Ubierna.

Cuando arrancó el proyecto arqueológico, en 2018, ya se sabía que en torno a la ermita había una necrópolis, pues habían parecido sarcófagos en posición secundaria, removidos y reaprovechados; ahora, la investigación ha permitido recuperar “una buena colección de huesos, con 1.000 años de enterramientos”, que aspiran a ser estudiados.