El alto el fuego entre el Líbano e Israel, en punto muerto seis meses después

El desarme de Hizbulá y las continuas agresiones israelíes marcan la situación en Líbano, donde el Ejército libanés intenta reestablecer el control en la frontera y recuperar la seguridad

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Beirut, 27 may (EFE).- El Líbano marca este martes seis meses de la entrada en vigor de su alto el fuego con Israel todavía sin reconstruir, con el grupo chií Hizbulá sin desarmar y bajo ataques diarios de las fuerzas israelíes, que a su vez siguen presentes en cinco puntos del territorio libanés en violación del pacto.

Desde el final de la guerra, el Estado libanés se ha marcado como principal meta conseguir que no haya armamento fuera de las manos de las fuerzas de seguridad oficiales, lo que incluye el desarme de Hizbulá y de las milicias palestinas presentes en su territorio, también involucradas en el conflicto en menor medida.

Estas son algunas claves para entender los avances que ha habido en el último medio año y las tareas aún pendientes:

El movimiento chií, la única milicia local que no depuso las armas al término de la guerra civil en 1990, se ha mostrado abierta a dialogar para encontrar una nueva fórmula de seguridad para el Líbano, pero lo condiciona al previo cese de los ataques israelíes y a su retirada del territorio libanés.

Además, pide que el Estado asuma su responsabilidad en la reconstrucción de las regiones golpeadas por el conflicto, tradicionalmente alineadas con la formación y que este mes volvieron a respaldarle en las urnas durante los primeros comicios municipales celebrados en el país en casi una década.

Mientras el potencial proceso de desarme parece estar en total punto muerto y muchos acusan de mano blanda al jefe de Estado, Joseph Aoun, este recibió ayer la muy inusual visita de una delegación del bloque parlamentario de Hizbulá, Lealtad a la Resistencia.

"Las puertas no están cerradas al diálogo ni al intercambio de ideas con el presidente de la República a ningún nivel y las puertas permanecerán abiertas", defendió tras el encuentro el líder del bloque, Mohammad Raad.

En estos seis meses sí se ha completado el despliegue del Ejército libanés en la franja meridional que va desde la frontera de facto con Israel hasta el río Litani, donde han tomado el relevo de la seguridad de manos de Hizbulá para que este pusiera fin a su presencia armada.

Sin embargo, el jefe del Ejército, Rodolphe Haykal, recordó la semana pasada que sus filas todavía no han podido lograr un "despliegue total" en el sur debido a que Israel continúa ocupando varios de sus puntos cercanos a la divisoria.

En total, las tropas libanesas han tomado desde el pasado noviembre 120 posiciones permanentes en la región fronteriza, donde a su vez la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) asegura haber hallado 225 alijos de armas, según datos ofrecidos recientemente por los cascos azules.

Como parte de su plan para poner fin a todo actor armado no estatal, el Líbano también ha comenzado un proceso para desarmar a las facciones palestinas en su territorio y recientemente anunció la creación de un comité conjunto durante una visita a Beirut del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.

Este mismo lunes, el presidente libanés aseguró que a mediados de junio comenzarán los trabajos para atajar "la presencia de armamento palestino" en tres campamentos de refugiados de esa comunidad en Beirut.

Por su parte, Israel ha continuado lanzando ataques contra el sur del Líbano asiduamente, en algunas ocasiones bombardeando ciudades muy distantes de la frontera como Sidón o incluso los suburbios meridionales de Beirut, objetivo de tres acciones aéreas desde el cese de hostilidades.

También mantiene a sus tropas en cinco colinas del sur del país, de donde debía haberse retirado por completo en los dos primeros meses de alto el fuego y donde luego se acordó una extensión del plazo de varias semanas que también acabó por ignorar.

El Estado judío asegura que sus ataques actuales están dirigidos contra Hizbulá, al que busca presionar para que se desarme, al igual que su aliado Estados Unidos, líder del mecanismo de supervisión del cese de hostilidades y mediador del acuerdo.

Israel comenzó su cruenta campaña aérea del pasado año contra el Líbano después de que Hizbulá condicionara la negociación de su salida de la franja fronteriza al previo final de la guerra de Gaza y algunos temen que el estancamiento del desarme pueda derivar en el futuro en una nueva ofensiva de envergadura. EFE

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