José Antonio Pascual
Madrid, 26 may (EFE).- Ocho meses después de que el 15 de agosto se pusiera en marcha LaLiga EA Sports en San Mamés, el coliseo del Athletic ofició el adiós al curso 2024/25, una campaña marcada por la irrupción del técnico alemán Hansi Flick, cuya influencia para conducir al título al Barcelona ha superado a la de Kylian Mbappe con su llegada al Real Madrid.
El club que preside Joan Laporta recurrió al entrenador de Heidelberg, extécnico, entre otros, del Bayern Múnich y de la 'Mannschaft', uno de los 'culpables' de la trágica noche del 2-8 de Lisboa en agosto de 2020, para reconducir en los terrenos de juego la nave azulgrana.
Y Flick ha dado la vuelta al equipo de forma rotunda, absoluta. Obligado por las necesidades económicas, contó con jóvenes de La Masia que han respondido más que notablemente, dirigió la confirmación estelar de Lamine Yamal -uno de los grandes protagonistas individuales de esta Liga-, la resurrección de los Raphinha, Frenkie de Jong, Robert Lewandowski, Jules Kounde, Íñigo Martínez... Hasta Pedri González o Alejandro Balde recuperaron su mejor versión. Pau Cubarsí siguió creciendo. Incluso se 'inventó' el recurso bajo palos, ante la grave lesión de Marc Andre Ter Stegen, del polaco Wojciech Szczesny, que estaba retirado.
Un cóctel, en definitiva, que agitó el técnico alemán y que creyó en él y en sus postulados. Un estilo claro, atractivo, efectivo. Presión alta, hasta demasiado arriesgada por momentos, pero ejecutada a la perfección, vértigo y dominio.
Todo le salió a pedir de boca al cuadro de Flick salvo en el bache de noviembre y diciembre, en el que llegó a perder el liderato con tres derrotas consecutivas en Montjuic y de forma pasajera se llegó a pensar que no podría revertir la ventaja que habían adquirido Atlético de Madrid y Real Madrid. Incluso en los despachos, con el caso de la polémica inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor, también logró la victoria.
La reacción del conjunto azulgrana fue tan contundente que, desde que empató en Getafe, el 18 de enero, ganó todos los partidos menos las tablas ante el Betis el 5 de abril y la derrota, ya intrascendente, en la penúltima jornada ante el Villarreal.
La eficacia de este nuevo Barcelona se refleja también en los números. Es el equipo que más partidos ha ganado (28 partidos), el que más goles ha conseguido (102) y el que menos encuentros ha perdido (6) junto a Real Madrid, Atlético y Athletic, que completaron el póker en cabeza de la tabla.
El Barcelona sumó su vigésimoctavo título liguero sin discusión y arrebató la corona al Real Madrid, que aguantó más que lo que su fútbol hacía presagiar en una temporada en la que la llegada de Kylian Mbappé no encontró el refrendo de los títulos pese a los buenos números finales del exdelantero del PSG, máximo artillero de LaLiga con 31 tantos y Bota de Oro europea.
Los goles del internacional francés permitieron al equipo madridista resistir hasta la recta final, pero no le bastaron al cuadro de Carlo Ancelotti, asolado de nuevo por las bajas principalmente en la zaga y sin el fútbol y el equilibrio necesarios para competir contra el Barcelona, ante el que sucumbió, a parte de en las finales de la Supercopa y de la Copa del Rey, en los dos encuentros ligueros, y encima de forma contundente (0-4 en el Santiago Bernabéu y 4-3 en Montjuic).
Aunque jugadores como Vinicius Jr, Jude Bellingham o Rodrygo Goes, el trío que acompañaba a Mbappé en la faceta ofensiva, no encontraron su mejor versión, la que condujo al Real Madrid a los éxitos la campaña previa, el Real Madrid llegó a liderar la clasificación hasta con cierta solvencia, pero tres tropiezos seguidos en febrero contra el Espanyol, Atlético de Madrid y Osasuna, y casi inmediato otro ante el Betis, le hicieron perder la iniciativa que luego ya no pudo recuperar.
El Atlético de Madrid también lideró el torneo en el ecuador, llegó a ser campeón de invierno, pero no pudo o no supo mantener el ritmo en la segunda vuelta y tuvo que conformarse de nuevo con acabar tercero.
Diego Pablo Simeone admitió que sintió que esta fue la temporada en la que el Atlético estuvo más cerca de alcanzar el campeonato, pero su bajo rendimiento lejos del Metropolitano cercenó sus opciones en un curso para el que se había reforzado notablemente y en la que el argentino Julián Álvarez a comenzado a demostrar todo lo que técnico, club y afición espera de él, pero tampoco le han bastado su fútbol y sus goles junto a los del noruego Alexander Sorloth, otro recién llegado que, pese a la falta de minutos, alcanzó la veintena de tantos.
No le bastó tampoco que el esloveno Jan Oblak fuera por sexta vez en su carrera el portero menos goleado, cifra histórica al mejorar su propio registro y el de Antoni Rammalets y Víctor Valdés.
Por debajo del trío de grandes favoritos confirmaron el gran objetivo Champions el Athletic de Ernesto Valverde y el Villarreal de Marcelino García Toral, beneficiado de esa plaza extra para la máxima competición continental ganada por el fútbol español.
El Athletic, que también estuvo a punto de celebrar la clasificación para 'su' final de la Liga Europa en San Mamés (cayó en semifinales ante el Manchester United), completó campaña magnífica, con los hermanos Iñaki y Nico Williams y Oihan Sancet como estandartes ofensivos, y sobre todo con un gran bloque atrás y en el medio que le hicieron ser el equipo menos goleado con 29 tantos.
Mientras, el Villarreal, irregular por momentos, más permeable en defensa de lo que hubiera querido Marcelino, acabó encontrando el rumbo adecuado para garantizarse esa ansiada clasificación para la Champions, de la que apartó al Betis del chileno Manuel Pellegrini, el otro gran aspirante.
El equipo verdiblanco pagó muy cara una primera vuelta e inicio de la segunda más que discreta. Pese a un gran Isco Alarcón, declarado MVP en casi todos los partidos, tuvo que esperar a febrero para realmente postularse.
La aportación del brasileño Antony o el colombiano 'Cucho' Hernández, incorporaciones de invierno, fue fundamental. En cambio el sueño de la Champions se frustró a la vez que sigue vivo el del primer título continental de su historia en la Liga Conferencia, cuya final disputará el miércoles ante el Chelsea en Breslavia, con el billete de la Liga Europa asegurado.
La lucha por la otra plaza en la Liga Europa y en la Liga Conferencia fue encarnizada y no se resolvió hasta la última jornada, a la que también llegó con opciones reales el Osasuna de Vicente Moreno.
Los triunfadores de ese último capítulo fueron el 'euroCelta' con su triunfo en Getafe y el 'Rayopool' con su empate en casa ante el Mallorca. El cuadro gallego disputará la Liga Europa y el vallecano la Liga Conferencia.
Indudablemente un gran premio para dos entrenadores como Claudio Giráldez e Íñigo Pérez, ambos de 37 años, separados por apenas un mes, que han aprovechado los mimbres que los clubes pusieron a su disposición con apuestas atrevidas y atractivas.
Atrás dejaron ambos las pretensiones, por momentos alejadas y por momentos justificadas, de alcanzar dicho objetivo de equipos como Osasuna, Mallorca, Real Sociedad y hasta el Valencia, que con su llegada revitalizó al Valencia cuando estaba en la UVI tanto que hubo jornadas en las que hasta se pensó de Europa en Mestalla
El resto sufrió los abatares de la angustia por la permanencia. No pudieron evitar el descenso prematuro el indiscutible colista, el Valladolid, y Las Palmas, y a última hora, en la jornada final, el Leganés.
Se salvó en ese último encuentro, gracias a su triunfo ante el cuadro canario, el Espanyol de Manolo González, y previamente, no sin pasar jornadas de zozobra y de grandes apuros, Getafe, Alavés, Girona y Sevilla.
El Girona disfrutó de su primera presencia europea en una Champions que le fue adversa y acusó el desgaste y además, notablemente, la salida del equipo que había encandilado la campaña previa de jugadores como Artem Dovbyk, Savinho, Aleix García o Eric García; y el Sevilla continuó con su tendencia a la baja en el campo y con una crisis institucional profunda con la división entre el grupo rector y afición.
Los únicos buenos momentos reales que vivió el sevillismo fueron gracias a Jesús Navas, quien, víctima de sus problemas físicos, aguantó hasta diciembre para ayudar al equipo antes de retirarse en loor de multitudes y resguardado en el cariño de su hinchada y de la afición de todo el fútbol español.
El campeón mundial y europeo fue la primera gran leyenda que entonó el adiós esta campaña, en la que se han despedido también absolutos protagonistas del fútbol europeo y mundial como Carlo Ancelotti, ya nuevo seleccionador de Brasil, y el croata Luka Modric, que dejan el Real Madrid tras una etapa legendaria, e incluso otro triunfador en Sudáfrica 2010 como Raúl Albiol, que deja el Villarreal sin decir su futuro, como el mago balcánico y hasta Álex Baena, también homenajeado en La Cerámica ante su más que presumible marcha.
Imanol Alguacil dio igualmente por terminada su etapa exitosa al frente de la Real Sociedad y Óscar de Marcos recibió el cariño de San Mamés después de 16 campañas en el Athletic para irse como otra gran leyenda del club vasco. EFE