Benoît Coquil ficciona la historia real de los hongos alucinógenos mexicanos en su novela

Benoît Coquil presenta en 'Cositas' la conexión entre la chamana María Sabina y los exploradores de hongos Gordon y Valentina Wasson, explorando su impacto cultural y científico en Occidente

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Barcelona, 26 may (EFE).- La novela 'Cositas', de Benoît Coquil, nominada al Premio Femina des Lycéens 2023, empezó a gestarse en 2019 cuando el escritor francés adquirió en el gran mercado de Oaxaca (México) una camiseta con el rostro impreso de la chamana María Sabina, quien en el siglo pasado utilizaba las setas alucinógenas Psilocybe para sus "cositas".

Profesor asociado de castellano y civilización y literatura latinoamericanas en la Universidad de Picardia Jules Verne, Coquil explicó este lunes en Barcelona (España) que concibió la historia como una "novela de aventuras" en la que contrapone esta figura con la de la pareja norteamericana aficionada a la micología formada por Gordon y Valentina Wasson, todos ellos personajes reales.

A la vez, no sin humor, ahonda en qué ha hecho a lo largo de los siglos Occidente cuando topa con culturas autóctonas allende los mares y cómo las "comercializa y convierte en exóticas".

Publicada en castellano por Seix Barral y en catalán por Periscopi, en 'Cositas' el lector conocerá los viajes a México, en los años cincuenta, de los Wasson y el "descubrimiento" que allí hacen del Psilocybe, la semilla de la contracultura psicodélica, que despertará tanto el interés de la CIA y los laboratorios farmacéuticos como de Walt Disney y el movimiento hippie.

Fascinado por María Sabina, la medio santa de Huautla, pasó meses documentándose sobre ella, apareciéndole en ese tiempo el matrimonio formado por Gordon, un banquero en Nueva York que llegó a ser vicepresidente de J.P. Morgan, y Valentina Wasson, su esposa de origen ruso, pediatra, y que siempre ha aparecido en un segundo término, cuando era la "científica de la familia y la que tuvo la intuición de que las setas que utilizaba Sabina se podían emplear para usos terapéuticos".

Sobre Gordon Wasson, ha señalado que le tomó cierto cariño, aunque fue alguien "contradictorio", al que denomina, no sin ironía, como el "Cristóbal Colón de las setas alucinógenas".

Sin embargo, su figura le gusta por su "curiosidad y su capacidad para ir hasta el fondo de un tema, además de ser divertido el contraste entre su vida de banquero y su pasión por los hongos alucinógenos, que probó igual que su mujer".

En cuanto a María Sabina, ha precisado que desde el primer momento le llamó la atención que fuera durante años una figura "poderosa" al ser la "curandera" de su comunidad, pero con una vida "marcada por la miseria, que vivió el final de sus días excluida, siendo elevada post morten, convirtiéndose en figura icónica del siglo XX".

Mostrándola entre nubes de humo, no ha querido que se la viera como alguien de una "pureza impecable".

Una de las peticiones que hizo María Sabina a los Wasson cuando vio el interés que tenían por el Psilocybe fue que no lo divulgaran ni explicaran a nadie lo que sucedía cuando se probaba, algo que no fue cumplido, porque Gordon Wasson escribió un artículo en la revista Life y la vida en Huautla cambió para siempre.

"El descubrimiento del hongo llegó cuando todo el mundo en Occidente estaba muy atento a nuevas experiencias y con ansia por probar nuevas cosas y por experimentar. Fue un momento perfecto", ha descrito hoy. EFE