Londres, 23 may (EFE).- En 2017, en su vuelta al circuito tras seis meses de ausencia por lesión, Roger Federer realizó un pequeño cambio en su raqueta. Amplió la cabeza de la misma y la hizo más pesada, con el objetivo de paliar el paso del tiempo en su cuerpo con más fuerza en sus golpes. Con esa nueva arma, el suizo ganó tres Grand Slams más y consiguió achicar su debilidad histórica con Rafael Nadal. A escasas horas de que arranque Roland Garros, analizamos cómo las marcas innovan en el tenis a través de las raquetas.
Este ajuste no es el único que el suizo hizo en su carrera, siendo otro de los más importantes cuando en 2014, tras dos años de sequía en los Grand Slam, creó junto a Wilson la Pro Staff RF97, con un marco más grande que le permitía ser más agresivo, o cuando en 2022, en sus últimos meses en el circuito, decidió reducir el peso de su raqueta 20 gramos y aumentar la cabeza para tener un punto dulce de golpeo más grande.
Esta asimilación del detalle no es algo extraño en un deporte en el que los tenistas están solos en la pista y únicamente acompañados por su equipamiento.
Por eso, se dan escenas que rozan el surrealismo y que recuerdan más a las películas de espías que a un deporte profesional, como cuando Stefanos Tsitsipas apareció este año en el torneo de Dubai con una misteriosa raqueta cubierta de negro. ¿Marketing? No, el griego, involucrado en una crisis de resultados desde hace tiempo, quería probar una nueva herramienta para mejorar su juego, pero por temas contractuales no podía jugar con otra marca de raquetas, por lo que tuvo que tintar de negro la raqueta entera, para no desvelar el modelo creado por Babolat. Curiosamente, ganó el campeonato.
Ahora, en el terreno de estas armas, entra en juego la Inteligencia Artificial. El último modelo de Wilson, la "Roland Garros Shift 99 V1 Session de Soirée" está diseñado con IA con el objetivo de optimizar los efectos y las revoluciones que pueda alcanzar la pelota en el golpeo. En unas semanas, cuando la empresa contraste los datos con los diseñadores, dará más información sobre el proceso que se ha llevado a cabo para utilizar la IA en la construcción de esta herramienta.
El mundo de la raqueta da para mucho más, con anécdotas como el contrato de la marca Yonex, que cobra una multa a sus tenistas como Nick Kyrgios, por romper raquetas, o el inmaculado registro de Nadal, que a lo largo de su carrera utilizó 1.250 raquetas, tal y como plasmó Babolat en su último raquetero, y no rompió nunca ninguna.
Este récord lo puso en duda el argentino Gastón Gaudio, que dijo que en el torneo de Buenos Aires en 2005 entró al vestuario y vio al balear rompiendo siete raquetas. Nadal siempre lo negó.
El otro factor dentro de una pista de tenis son las pelotas, un elemento que, además, ha estado en disputa en los últimos años por el cambio de marcas y de tipo de bolas que se utilizan en cada torneo y que favorece la proliferación de lesiones, especialmente de codo, muñeca y hombro.
"Todas las pelotas que se usan en cualquier torneo ATP o ITF tienen que estar homologadas. Hay diferentes marcas que son proveedores de pelotas de los torneos y todas han pasado la homologación, pero después con qué pelota se juega cada torneo depende de la ATP y de la marca en concreto", explican desde Wilson.
"Si hay cambio en el circuito esto no es "por culpa" de las marcas. Como solución se propone que los torneos que se juegan antes de cada Grand Slam se jueguen con la marca con la que se jugará el Grand Slam (por ejemplo jugar Cincinnati, Montreal, etc que son antes de US Open con Wilson ya que el US Open se juega con Wilson)".
Hace dos años, durante la disputa de Roland Garros, a Alcaraz le preguntaron por un cambio para el circuito.
"Voy a decir las pelotas", respondió el murciano. "Me gustaría jugar con la misma pelota siempre. Es lo único que cambiaría, jugar todos los torneos todo el año con la misma pelota. Ahora tienes que adaptar tu juego a cada torneo porque la pelota es diferente".
Para la edición de 2025, Wilson aportará más de 65.000 pelotas a Roland Garros, con lo que se cubrirán los cinco días de fase previa y los quince de torneo. EFE