Beirut, 22 may (EFE).- Al menos tres miembros del grupo de la defensa civil conocido como cascos blancos murieron este jueves en la explosión de una mina que se cree fue detonada a propósito por control remoto mientras llevaban a cabo operaciones de desminado en la provincia de Hama, en el noroeste de Siria.
"La mina fue detonada de forma remota según el equipo llegó a la ubicación en la que se había reportado un objeto sospechoso cerca de las vías del tren. Según los hallazgos iniciales, el objeto era una mina activada deliberadamente a su llegada", informó la organización de rescatistas en su cuenta de X.
El jefe de los cascos blancos, Monir Mustafa, detalló en la misma red social que los voluntarios habían acudido al lugar de los hechos para llevar a cabo una inspección después de que las "autoridades locales" les informaron de la presencia de un artefacto colocado en las vías del tren.
El responsable identificó a las víctimas como Mamoun al Omar, Jalal Tako y Shaaban Shushan y lamentó su fallecimiento mientras desarrollaban tareas "humanitarias" para proteger a los civiles de los peligros de los artefactos explosivos remanentes de la guerra que golpeó el país durante casi años.
Ningún grupo ha reclamado por el momento la autoría de la aparente acción deliberada.
Siria está plagada de minas y artefactos sin detonar, lo que deriva en constantes explosiones accidentales, a menudo afectando a niños que deciden jugar con ellas o adentrarse en áreas peligrosas por su presencia ante la falta de sensibilización entre los más jóvenes de la sociedad.
Los cascos blancos, que hasta el derrocamiento del régimen de Bachar al Asad hace menos de medio año operaban solo en las áreas entonces controladas por la oposición, desactivaron 994 artefactos de este tipo a lo largo de 2022, incluidas 442 bombas de racimo, y otros 683 en 2021, según datos de la organización. EFE