Hozier conmueve Bogotá con un concierto de belleza poética y fuerza emocional

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Paula Cabaleiro

Bogotá, 21 may (EFE).- Bajo una luz tenue azul, frente a un fondo estrellado y envuelto por una atmósfera casi mística, Hozier reapareció este miércoles ante el público colombiano con una puesta en escena que fue, a la vez, íntima y poderosa.

Fue su segunda visita al país, pero la primera como protagonista absoluto de una noche: esta vez sin festivales, sin otros nombres en el cartel, solo él, su voz inconfundible y el Movistar Arena de Bogotá rendido ante cada acorde de su guitarra.

El cantautor irlandés, de nombre completo Andrew Hozier-Byrne, llegó a Bogotá con la primera fecha de 2025 de su gira ‘Unreal Unearth Tour’, con la que ha recorrido América y Europa presentando su tercer álbum de estudio, ‘Unreal Unearth’ (2023), un trabajo inspirado en ‘La Divina Comedia’ de Dante y marcado por paisajes sonoros que exploran la espiritualidad, el deseo, el amor y la injusticia social.

Desde que irrumpió con el ya clásico ‘Take Me to Church’ en 2014, que no tardó en llegar durante la velada, Hozier ha construido un camino musical que combina la densidad emocional del soul con la introspección del folk y la contundencia del blues.

En Bogotá, su sonido y potente voz adquirieron otra dimensión gracias a la acústica del recinto, que por momentos parecía respirar con él.

Acompañado por una banda impecable y rodeado de luces cálidas y cambiantes, Hozier abrió el concierto con ‘De Selby’, que tiene partes en gaélico, y ‘Jackie and Wilson’, dejando claro que la noche estaría cargada de contrastes entre lo eléctrico y lo melódico, entre lo épico y lo confesional.

Canciones como ‘Like real people do’, ‘I, Carrion (icarian)’ y el inicio instrumental de ‘Abstract’ fueron recibidas con un silencio reverencial, como si el público entero contuviera el aliento.

A lo largo de la noche, el artista agradeció en varias ocasiones a los asistentes por la energía y el cariño: "Es un verdadero honor estar aquí de vuelta en este precioso país", dijo en inglés, ante una ovación que llenó cada rincón del Movistar Arena.

Más allá de lo musical, Hozier mostró su habitual sensibilidad social en temas como ‘Take Me to Church’ y ‘Nina Cried Power’ (esta última dedicada a figuras de la lucha por los derechos civiles), en las que el artista apeló a la conciencia colectiva, combinando belleza musical con una fuerte carga ética y política.

La primera, convertida ya en un himno, provocó uno de los momentos más emotivos de la noche: miles de luces de celulares encendidas, voces al unísono y la sensación de estar ante algo más grande que una simple canción.

Con su formación musical en el góspel, el blues y la música coral, y su dominio de la guitarra y la voz, Hozier ofreció un concierto que fue casi litúrgico.

Canciones como ‘Work Song’ y ‘Cherry Wine’ sirvieron como epílogo a una presentación que cerró con una ovación prolongada, con el artista visiblemente conmovido y prometiendo volver pronto.

La noche comenzó con la presentación de Gigi Pérez, joven cantautora estadounidense que ha ganado notoriedad en redes sociales con temas como ‘Sometimes (Backwood)’, gracias a lo cual fue telonera de Coldplay en Florida (EE.UU.).

Con una estética indie y una voz rasgada de emociones, Pérez se ganó el respeto de los asistentes y dejó claro por qué fue elegida para abrir esta gira.

El público bogotano, conocido por su entrega, no defraudó. Desde los primeros acordes hasta los bises finales, acompañaron a Hozier con respeto, entusiasmo y una atención poco común en conciertos masivos.

‘Unreal Unearth’ es una travesía por los infiernos y paraísos personales, y Hozier hizo que, por una noche, Bogotá también habitara ese universo, que proximamente llevará a Santiago de Chile, Buenos Aires, Sao Paulo y Río. EFE

(foto)