
Tirar los granos de café usados a la basura es un gesto tan común como automático. Sin embargo, lo que muchos ignoran es que ese residuo oscuro y húmedo que queda tras preparar el café es en realidad un recurso valioso para las plantas.
Aprovecharlo correctamente no solo ayuda a nutrir el jardín y las plantas, sino que también contribuye a un estilo de vida más sostenible.
Según explican desde Seedy Farm, una comunidad experta en jardinería urbana, reutilizar los granos usados en el jardín es una forma accesible y eficaz de enriquecer el suelo, reducir residuos y fomentar el crecimiento saludable de las plantas.
Qué aporta el café a las plantas

Usados con moderación, los restos de café pueden convertirse en un excelente complemento para mejorar la salud del suelo gracias a que aportan:
Nutrientes esenciales: aunque no son un fertilizante completo, aportan nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y cobre. Estos nutrientes se liberan lentamente, actuando como un abono suave de liberación lenta.
Mejora del suelo: Al incorporar los posos al sustrato, se añade materia orgánica que mejora la aireación, retención de agua y estructura del suelo.
Aumento de lombrices: Según Seedy Farm, muchos jardineros han comprobado que los posos atraen lombrices, cuya actividad beneficia la oxigenación del suelo y aporta nutrientes a través del humus.
Reducción de residuos: Darles una segunda vida ayuda a desviar materia orgánica de los vertederos y reduce la emisión de gases contaminantes como el metano.
Precauciones antes de usar el café como abono
A pesar de sus beneficios, el uso inadecuado de los restos de café puede generar problemas, por eso, hay una serie de recomendaciones a tomar en cuenta:
Compactación del suelo: Debido a su textura fina, si se aplican en capas gruesas pueden formar una costra que impide la entrada de agua y aire.
Bloqueo de nitrógeno: Aplicar grandes cantidades directamente puede hacer que el proceso de descomposición consuma temporalmente nitrógeno del suelo.
Efectos sobre el pH: Aunque los posos usados no son tan ácidos como el café molido fresco, se recomienda moderación, sobre todo en suelos ya ácidos.
Toxicidad para mascotas: La cafeína presente en los posos puede ser peligrosa si perros o gatos los ingieren, por lo que es mejor integrarlos bien en la tierra o compostarlos.
Cómo usar el café de forma correcta en la jardinería
Existen varias formas seguras y eficaces de utilizar los posos de café en el jardín:
En el compost: Son un excelente material “verde” por su contenido en nitrógeno. Seedy Farm recomienda alternarlos con materiales “marrones” como hojas secas o cartón para una buena descomposición.
Mezclarlos directamente con la tierra: Puedes incorporar los posos a la tierra del jardín o de tus macetas, pero con moderación. Lo ideal es mezclarlos bien con compost o sustrato (una parte de posos por cada cuatro de tierra), para evitar que se compacten y dificulten el paso del agua y el aire.
Añadirlos al compost con lombrices: Si tienes un compostador con lombrices (también conocido como vermicompostador), puedes echarles posos de café como parte de su dieta. A las lombrices les gustan, pero no deben representar más del 20% de los restos que les des, ya que demasiados posos pueden hacer que el entorno se vuelva demasiado ácido.
Fertilizante líquido (‘té de café’): Se pueden macerar los posos en agua durante 24-48 horas y aplicar el líquido como riego suave, diluido si se usa en plantas sensibles.
Con información de Europa Press
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