La Princesa Leonor, en la torre de mando del Juan Sebastián Elcano a su llegada a República Dominicana

La Princesa Leonor asume el mando del Juan Sebastián Elcano durante su llegada a República Dominicana en el marco de su crucero de formación, fortaleciendo la conexión entre España y América

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A punto de concluir el quinto mes desde que embarcó en el Juan Sebastián Elcano en el puerto de Cádiz el pasado 11 de enero, la Princesa Leonor ha llegado este lunes a República Dominicana, séptimo país americano que visita la heredera al trono desde que comenzó el crucero de formación de la Armada, y que significa su última parada antes de concluir la travesía el próximo junio en Nueva York.

En torno a las 10.00 de la mañana hora local el navío atracaba en el puerto Punta Torrecilla de Santo Domingo y, a diferencia de otras ocasiones, la hija mayor de los Reyes Felipe y Letizia no ha ocupado un puesto en la cubierta junto al resto de guardamarinas, sino que ha sido la responsable de la maniobra de arribo y atraque desde la torre de mando de la embarcación, realizando la función de oficial de guardia en puente bajo la supervisión del oficial de navegación al mando, y dando las órdenes de timón y máquinas auxiliada por sus compañeros.

Fue el pasado 16 de mayo cuando en Elcano partió del puerto de Santa Marta, en Colombia, rumbo a la última escala del crucero de formación en República Dominicana antes de su llegada a Nueva York, donde la Princesa Leonor se reencontrará previsiblemente con la Reina Sofía para emprender su regreso a España en compañía de su abuela después de seis meses recorriendo América a bordo del crucero de instrucción.

Esta última etapa de la travesía se prolongará hasta el próximo 24 de mayo, y está previsto que se realicen actividades protocolarias para fortalecer los vínculos históricos y culturales entre España y República Dominicana, convirtiéndose la Princesa de Asturias -que a su llegada a Santo Domingo ha lucido el uniforme blanco de verano de la Armada- una vez más en la mejor embajadora de nuestro país.

Antes de su llegada a Nueva York y poner así el broche de oro al crucero de formación, Leonor y sus compañeros guardamarinas vivirán uno de los momentos más especiales del viaje, la ceremonia del paso del Ecuador. Una tradición que se remonta al siglo XVIII el Rey de los mares, Neptuno, bautizará a los nuevos miembros de la Armada tras pedirle el consiguiente permiso. Una ceremonia muy especial que concluirá con los integrantes del Juan Sebastián Elcano alterando sus roles, de tal modo que los tenientes se encargarán de las labores de limpieza o cocina, mientras que los marineros se harán cargo del timón.