Cuando Fresnedillas estuvo en el centro del mapa espacial: El Museo Lunar cuenta cómo ayudó Madrid a las misiones Apolo

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Neil Armstrong pronunció en julio de 1969 la icónica frase "the Eagle has landed" (el Águila ha alunizado), un anuncio que marcaría todo un hito teniendo en cuenta que se trataba de la primera vez que el ser humano pisaba la Luna. Lo que muchos desconocen es que los primeros en escuchar aquellas palabras --que todavía resuenan en la memoria colectiva-- no se encontraban en Houston (EE.UU.), sino en la localidad madrileña de Fresnedillas de la Oliva.

Y es que en esta localidad serrana se ubicaba una de las tres estaciones de seguimiento que tenía por aquel entonces en funcionamiento la Red de Vuelos Espaciales Tripulados (MSFN) para mantener las comunicaciones con los astronautas de las misiones, junto a las de Goldstone (California) y Honeysuckle Creek (Australia), las tres con antenas idénticas de 26 metros de diámetro y unas 300 toneladas de peso. La de Fresnedillas fue la que captó y retransmitió las históricas palabras del astronauta.

Porque, en el momento en el que Armstrong llegó a la Luna, el Apolo XI se encontraba bajo el control de la estación de Fresnedillas. Aquellos trabajadores pasaron a la historia por ser los que guiaron a la tripulación cuando quedaban menos de 30 segundos de combustible para alunizar.

Desde entonces, la historia de este pequeño municipio situado en la Sierra oeste de Madrid quedó ligada para siempre a las estrellas. Prueba de ello es el Museo Lunar - Centro del Espacio y la Ciencia, en el que los visitantes pueden conocer de primera mano cómo se desarrolló el trabajo de aquellas personas durante las misiones Apolo de la NASA en plena carrera espacial entre americanos y soviéticos.

UN ESPACIO PARA EL ESPACIO Y LA CIENCIA

El Museo Lunar - Centro del Espacio y la Ciencia es, por lo tanto, un homenaje a aquella generación de soñadores que conectó España con la Luna. A través de más de 300 piezas originales del programa Apolo, los visitantes pueden recorrer la evolución de la exploración espacial, la historia de la estación de Fresnedillas y experimentar en primera persona aquel "un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad".

Entre sus joyas se encuentran trajes de astronauta, una reproducción del módulo lunar, maquetas del Saturno V y objetos únicos, como una bandera española que viajó al espacio. Pero no se trata solo de mirar: el museo también apuesta por la interacción con tecnologías de realidad aumentada y realidad virtual que sumergen al visitante en el espacio.

El enfoque educativo es otro de los pilares del centro. Su oferta incluye talleres, actividades STEAM y visitas guiadas, muchas de ellas dinamizadas por figuras como la astronauta LiLi, quien acerca el universo y la ciencia a los más jóvenes.

Una visita que merece la pena, no solo para aprender sobre naves y misiones, sino también sobre las personas que, desde una estación instalada en la Comunidad de Madrid, sostuvieron con precisión milimétrica las comunicaciones entre la Tierra y la Luna.

El Museo Lunar está abierto al público general los fines de semana con entradas a un precio de cuatro euros y con posibilidad de descuentos. Además, las instalaciones reciben visitas de centros educativos de lunes a viernes.