Policía concluye que autor de tiroteo en escuela sueca actuó guiado por impulso suicida

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Copenhague, 16 may (EFE).- El individuo que mató a diez personas en un tiroteo en una escuela para adultos de Örebro (oeste de Suecia) el pasado 4 de febrero y luego se suicidó actuó guiado por su deseo de quitarse la vida, informó este viernes la Policía, que descarta un motivo ideológico o político.

"Vemos que son su situación vital y la frustración que ésta crea las que constituyen la base del motivo. El motivo es su voluntad de quitarse la vida y, de acuerdo con eso, decidió volcar su frustración y agresión en el entorno de un lugar con el que tenía relación", señaló en rueda de prensa Henrik Dahlström, al frente de la investigación policial.

Rickard Andersson, el individuo de 35 años natural de Örebro y señalado como el autor, tenía problemas psíquicos, no terminó el bachillerato, estudió luego en esa escuela (Campus Risbergska) y no tuvo ingresos declarados en los últimos años.

"El sospechoso tuvo adversidades de larga duración en relación con su manutención. Estimamos que esa frustración evolucionó en la voluntad de acabar con su vida", afirmó Dahlström en una comparecencia en la que se presentaron las conclusiones de la investigación.

Dahlström resaltó que la investigación no ha mostrado ningún indicio que apunte a que Andersson actuó guiado por ideas políticas, xenofobia o terrorismo, y que éste disparó de forma "casi metódica" contra todas las personas con las que se encontró.

La Policía destacó también que Andersson había decidido de forma activa mantenerse "invisible" en el mundo "físico y digital".

La autopsia ha revelado que consumió varios estupefacientes, entre ellos anfetamina, antes de comenzar el tiroteo.

"Hemos hecho lo que hemos podido en una investigación que no se parece a nada que hayamos hecho antes", admitió Dahlström.

De acuerdo con la reconstrucción realizada a partir de las declaraciones de testigos y de las imágenes de cámaras de vigilancia, se sabe que Andersson tomó un autobús y se bajó en la parada más cercana a la escuela a las 7.47 de la mañana, que llegó al Campus Risbergska a las 11.30 y que permaneció un tiempo encerrado en un baño para prepararse.

Andersson, que portaba tres armas, usó tres ganadas de humo, disparó 70 cartuchos y tenía más de un centenar sin usar consigo cuando fue encontrado muerto.

Los muertos, entre los que hay nacionales de Siria y Bosnia, fueron siete mujeres de entre 32 y 68 años y cuatro hombres con edades entre 28 y 48 años, incluido el tirador.

Seis personas resultaron heridas y todas han recibido ya el alta hospitalaria.

El Campus Risbergska -situado en las afueras de la ciudad y que cuenta con unos 2.500 alumnos que estudian formación profesional, sueco y otros cursos- reabrió parcialmente tres semanas después del tiroteo, pero no funcionará con total normalidad hasta agosto.

El Gobierno sueco presentó hace semanas una reforma legal para aumentar la seguridad en los centros escolares, implantando más controles de acceso, registros en las mochilas de los alumnos y la obligatoriedad de introducir planes de emergencia. EFE