La alemana 'Sound of Falling' entra directa a las quinielas de la Palma de Oro

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Cannes (Francia), 15 may (EFE).- La película alemana 'Sound of Falling', que se estrenó este miércoles y ha sido el primer título de la lista de 22 filmes en competición en la edición 78 del Festival de Cannes, ha entrado directamente a las quinielas por la Palma de Oro con su retrato fantasmagórico del trauma generacional.

Tras el estreno de gala del filme, que es tan solo el segundo largometraje de Mascha Schilinski (Berlín, 1984), la crítica internacional la ha bañado de elogios y medios especializados como Vulture se preguntaban incluso si ya se ha proyectado la mejor cinta de este festival.

En ella se entrelazan las historias de cuatro mujeres, en cuatro periodos temporales distintos desde comienzo del siglo XX, que habitan la misma granja de la región de Altmark (norte de Alemania).

"Se nos ocurrió la idea del trauma que pasa de una generación a la otra. Ya no tenemos acceso a estos traumas, pero siguen ahí porque a menudo es en el cuerpo donde se notan", explicó este jueves Schilinski, en una rueda de prensa junto al equipo de la película, que se titula en el alemán original 'In die Sonne schauen'.

La inspiración apareció, para ella y para su coguionista, Louise Peter, durante un viaje precisamente por Altmark. Allí experimentaron claramente la sensación de que el tiempo se encontraba detenido y que nada había cambiado realmente durante décadas.

Se toparon, además, con una foto de tres mujeres de los años veinte, que encontraron "sorprendente" y "muy moderna para la época", aunque también llena de "melancolía".

"Teníamos la impresión de que estas mujeres nos miraban directamente a los ojos y nos preguntamos quiénes eran", explicó la realizadora, cuya ópera prima fue 'Die Tochter' (2017).

Investigaron para tratar de saber quiénes eran, pero sus rastros se habían perdido en la historia. Pese a eso, averiguaron que en la zona ocurrieron cosas terribles, como la esterilización de las mujeres que servían en las granjas para que los hombres pudieran tener relaciones o abusar de ellas "sin peligro".

Cuando se habla del trauma generacional, reflexionó Schilinski, a menudo se piensa en grandes eventos, como las guerras.

Pero también los pequeños acontecimientos, abusos y desgracias pueden dejar huellas en las personas que se van heredando, aún sin entender exactamente de dónde viene ese sufrimiento.

"Las diferentes generaciones están ligadas por el trauma y les ayuda a no sentirse solas el saber que no son las únicas que sufren", opinó la realizadora.

La forma en la que se presenta esta historia es "es muy subjetiva", reconoció también la cineasta, ya que no sigue un orden cronológico y los relatos se entremezclan fantasmalmente. Eso imita, según explicó este jueves el equipo, el funcionamiento de la memoria.

Incluso los actores, como Susanne Wuest, optaron por no indagar en el resto de líneas temporales de la trama, precisamente porque, en palabras de esa intérprete, "lo que hace tan difícil entender tus traumas es precisamente no saber de dónde vienen", y ella veía en eso una clave importante de la construcción de los personajes.

"Un trauma incluye el hecho de que ocurre en distintos fragmentos. Y cuando lo intentas poner junto, no siempre puedes", precisó también la directora del filme, que en la película usó elementos como el sonido para "pegar" todos los relatos.

Schilinski tiene confianza en que el público, más que tratar de entender el relato al pie de la letra, pueda dejarse arrastrar por él, como una corriente. De momento, al menos para buena parte del público de Cannes, parece haberlo conseguido. EFE

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