Bruselas, 15 may (EFE).- El Parlamento federal belga aprobó este jueves la derogación de la ley nacional de 2003 que obligaba al país a abandonar la producción de energía nuclear en 2025, tras la propuesta gubernamental para que Bélgica vuelva a confiar en la electricidad atómica.
"Es el comienzo de una nueva era", declaró al semanario Le Vif el ministro federal de Energía, el liberal Mathieu Bihet, quien lamentó que durante "demasiado tiempo" se haya "marginado" a la energía nuclear en toda Europa con base en dogmas.
"El viento está cambiando, y no sólo en Bélgica: también en Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suiza, Europa del Este... Durante la campaña electoral en Alemania, la CDU volvió a poner el tema sobre la mesa, aunque no se concretara", dijo el ministro apodado "Atomic Bihet".
El Parlamento aprobó la propuesta con los votos a favor de los partidos de la coalición de Gobierno, formada por los nacionalistas flamencos de la N-VA, los liberales francófonos del MR, el partido humanista Les Engagés, los socialistas flamencos de Vooruit y los democristianos del CD&V.
El texto también recibió el voto a favor de los liberales flamencos Open Vld y de la ultraderechista Vlaams Belang, mientras que el Partido Socialista valón y la formación ultraizquierdista valona PTB se abstuvieron y solo votó en contra el partido ecologista Ecolo-Groen.
El cambio legislativo tiene un alto valor simbólico y busca eliminar barreras para despertar el apetito de la inversión pública y privada en el sector nuclear belga.
Para hacer realidad esa aspiración, será necesario que el Ejecutivo negocie con la empresa que opera las centrales, Engie Electrabel, pero la firma ya anunció que no tiene interés en prorrogar su operación en las centrales, por lo que sería necesario recurrir a otros candidatos.
La ley revisada prevé la creación de un Alto Consejo del Abastecimiento Energético, que deberá entregar un primer informe intermedio antes de que termine este año.
El territorio belga cuenta con siete reactores nucleares de agua a presión, distribuidos en dos emplazamientos: Doel (en la provincia de Flandes Oriental) y Tihange (en la provincia de Lieja).
La central de Doel cuenta con cuatro reactores que entraron en funcionamiento entre 1975 y 1985. Uno de ellos fue cerrado en 2022, al respetar las obligaciones de la ley ahora derogada, dos de ellos debían llegar al fin de su vida útil en 2025 y el cuarto se beneficia ya de una prolongación de diez años, hasta 2035, aunque el Gobierno tiene la intención de que funcionen más allá de esa fecha.
La central de Tihange dispone de tres reactores que entraron en actividad entre 1975 y 1985 y que opera la misma compañía, si bien una de esas turbinas se desconectó definitivamente en 2023.
"Hoy hay una certeza: sin nuclear, el mix energético no se sostiene. El hecho de que una ministra ecologista (Tinne Van der Straeten) acabara prolongando Doel 4 y Tihange 3 por diez años en la pasada legislatura es la mejor prueba de la importancia de la energía nuclear", dijo el actual titular de Energía.
En paralelo, Bélgica inició en 2024 la construcción de un novedoso reactor nuclear cerca de Amberes alimentado por un acelerador de partículas que generará 100 veces menos residuos que uno tradicional y se espera que funcione como una herramienta pionera en la lucha contra el cáncer, que debería entrar en pleno funcionamiento entre 2036 y 2038.
Una encuesta del instituto demoscópico Ipsos de 2023 arrojó que el 69 % de los belgas apoyaba la prolongación de la vida útil de los reactores durante una década y el 57 % abogaba por que se construyeran más plantas nucleares. EFE