Adís Abeba, 14 may (EFE).- La Junta Electoral Nacional de Etiopía (NEBE, en inglés) informó este miércoles de que ha revocado el estatus legal del Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT), partido que gobernó históricamente esa región norteña y que libró una devastadora guerra contra el Gobierno central entre 2020 y 2022.
En un comunicado, la NEBE alegó que el FPLT "no cumplió" con los requisitos legales y administrativos establecidos por la normativa electoral del país, incluyendo, por ejemplo, la celebración de un congreso general en los seis meses posteriores a ser registrado el pasado agosto "bajo circunstancias especiales".
La formación fue entonces reconocida de nuevo de manera provisional, después de haber sido declarada como una organización terrorista e ilegalizada durante la guerra.
Pero el FPLT ha argumentado que ese trámite no es necesario, al considerar que su legalidad quedó automáticamente restaurada tras la firma en noviembre de 2022 del Acuerdo de Paz de Pretoria, que puso fin al conflicto.
Frente a la negativa del partido a cumplir con los requisitos solicitados, la NEBE ya impuso el pasado mes de febrero una suspensión de tres meses a sus actividades políticas al alertar que, si no corregía las irregularidades, revocaría su registro, tal como ha acabado pasando.
No está claro qué consecuencias podría tener esta decisión para Tigré, que se ha visto sumida durante los últimos meses en una crisis política por las rivalidades entre diferentes facciones del FPLT.
En el marco de esta crisis, que ha disparado los temores de una nueva guerra, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, nombró el pasado abril al teniente general Tadesse Werede como nuevo presidente de la Administración Provisional de Tigré, establecida tras el conflicto.
Entonces, Abiy alegó que, aunque una de las principales prioridades de la Administración interina era crear las condiciones para celebrar elecciones, ese objetivo no se ha logrado todavía.
Tigré vivió una guerra civil que empezó en noviembre de 2020, cuando Abiy ordenó una ofensiva contra el FLPT, que gobernaba entonces la región, en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas.
Tras dos años de un conflicto devastador, ambas partes firmaron en noviembre de 2022 en la capital de Sudáfrica, Pretoria, un acuerdo de paz auspiciado por la Unión Africana (UA), que permitió la entrada progresiva de ayuda a la región norteña, donde la ONU denunció un "bloqueo humanitario de facto" durante la guerra.
Al menos 600.000 personas murieron durante el conflicto, según el mediador de la UA en la contienda, el expresidente nigeriano Olusegun Obasanjo. EFE