El juego de dinastías en las elecciones a mitad de mandato en Filipinas

Guardar

David Asta Alares

Davao (Filipinas), 11 may (EFE).- Las elecciones a mitad de mandato que se celebran el lunes en Filipinas pueden resumirse en un juego de dinastías característico del país asiático: a nivel nacional, una lucha entre la familia presidencial y el clan del expresidente Rodrigo Duterte, mientras que a nivel local la contienda se desgrana en una multitud de facciones opuestas.

Un verdadero microcosmos de esta situación es la ciudad sureña de Davao, bastión de la familia Duterte. Arengando a la multitud durante un mitin de cierre de campaña el pasado viernes, Sebastian Duterte, hijo del exmandatario y aspirante a vicealcalde, denunció como ilegal el arresto de su padre por órdenes de la Corte Penal Internacional (CPI).

A su vez, el exmandatario aspira a la alcaldía de Davao, segunda ciudad más poblada del país, a pesar de estar detenido en La Haya, acusado de crímenes contra la humanidad por su sangrienta guerra contra las drogas.

Otros tres miembros del clan Duterte buscan un escaño en estos comicios a mitad de mandato, en los que están en liza 12 de los 24 escaños del influyente Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes, así como 18.000 puestos en administraciones locales.

Eso sin contar con que Sara Duterte ostenta la vicepresidencia del país, a la que llegó en 2022 de la mano del presidente, Ferdinand Marcos Jr., antes de que su alianza se desmoronara y diera paso a un conflicto abierto.

Desafiando a los Duterte en Davao se encuentra el clan Nograles encabezado por Karlo, el antiguo portavoz de Duterte que se disputa la alcaldía con el expresidente.

"Las dinastías son muy fuertes porque vivimos en un sistema político en el que se practica el clientelismo y la política del dinero", constató a EFE Danilo Arao, profesor universitario y coordinador del observatorio electoral Kontra Daya.

La política filipina está marcada pues por "algo parecido a una relación feudal" que hace nacer a "élites políticas", unidas por fuertes vínculos familiares que desafían las ocasionales disputas intestinas.

Es el caso del presidente, hijo del dictador fallecido Ferdinand Marcos, cuya hermana Imee busca actualmente la reelección como senadora a pesar de estar peleada con el mandatario después de que la política expresara su apoyo a los Duterte.

Esta situación a nivel nacional se replica, no solo en grandes ciudades como Davao, sino también a escala local. Arao explicó que en la ciudad de Marikina donde reside, parte de la región capitalina, la batalla por la alcaldía se divide únicamente entre dos dinastías.

"Así que, como residente de Marikina, me hacen elegir entre una de las dinastías para votar. Por supuesto, la tercera opción es simplemente abstenerme. Así que este tipo de elecciones es tan limitante que debilita la democracia", lamentó.

Un fenómeno tan conocido en Filipinas que fue clasificado por académicos de la Universidad Ateneo de Manila y de la Universidad de Filipinas en 2019 como 'delgadas', 'gordas' y 'obesas', según los puestos controlados por las dinastías y su extensión generacional.

¿La solución? Arao señaló que podría pasar por finalmente aprobar una ley que lleva décadas pendiente en el Congreso, y que busca obligar a cumplir una disposición de la Constitución contra las dinastías.

Entre tanto, los candidatos en los márgenes de los grandes clanes familiares existen pero se enfrentan a una dura batalla.

Así lo constató a EFE Maria Victoria Maglana, candidata al Congreso en uno de los distritos de Davao y enfrentada directamente a Paolo Duterte, uno de los hijos del expresidente.

"Teniendo en cuenta la cantidad de personas de la misma familia que se presentan a las elecciones, y el hecho de que no haya conciencia de la magnitud de las dinastías, muestran que hay algo que no va bien", lamentó.

El desafío de esta trabajadora para el desarrollo y "lesbiana orgullosa" es llegar a los electores puerta a puerta, con la ayuda de un pequeño equipo de voluntarios, a falta de los medios económicos que disponen las dinastías asentadas.

"Ser una candidata independiente permite tener conversaciones más amplias, y eso es lo que hemos estado haciendo", explicó desde su pequeña oficina electoral en el bastión de los Duterte. EFE