María Morales
Ismailía (Egipto), 11 may (EFE) .- Egipto advierte a sus estudiantes del ámbito de la comunicación sobre la propagación de noticias falsas y "rumores" a través de los medios de comunicación y redes sociales, mientras refuerza la idea de que es necesario el control gubernamental del panorama mediático para proteger "la seguridad nacional".
El gobierno egipcio, en su esfuerzo por mantener "la seguridad nacional" y tratar de que los futuros comunicadores contribuyan a su cometido, organizó la cuarta edición de la Cumbre Egipcio-Europea de Liderazgos Juveniles en Medios de Comunicación, un evento de una semana en la que instruyó sobre seguridad nacional a sus mejores estudiantes de periodismo y comunicación, ante quienes inculcó la necesidad de combatir la difusión de noticias falsas, una amenaza a la "seguridad" del país.
En un contexto en que varias organizaciones internacionales y nacionales denuncian la falta de libertad de prensa en el país árabe, el gobierno del presidente Abdelfatah al Sisi centra sus esfuerzos en instruir a sus jóvenes en la necesidad de controlar el contenido de los medios de comunicación y de las redes sociales para "proteger" a la población.
Al mismo tiempo, en la cumbre se admonizó sobre los riesgos de informar sobre contenido tildado como "sensible", como altercados públicos, y algunas informaciones relacionadas con economía y política, especialmente si hacen referencia al presidente de la República, que pueda suponer un peligro para la “seguridad nacional”.
“Los medios de comunicación son una de las armas más potentes con las que defender la nación y su seguridad”, aseguró a EFE la estudiante de comunicación de primer año, Hafza (que prefirió usar un pseudónimo), reproduciendo una de las ideas principales del gobierno.
El Frente Egipcio por los Derechos Humanos denunció recientemente que "más de 500 sitios web de noticias y derechos humanos han sido bloqueados (en Egipto) en los últimos años, entre otros continuos esfuerzos por controlar y restringir el periodismo independiente" por parte de las autoridades.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en inglés) denunció el pasado febrero el bloqueo de un medio de comunicación independiente llamado Zawia3.
El ministro de Juventud y Deportes egipcio, Ashraf Sobhi, consideró que esta reunión de jóvenes periodistas sirvió para enriquecer su formación con "la multiplicidad de temas planteados sobre los medios de comunicación, la seguridad nacional, la gestión de crisis, los medios digitales y las relaciones internacionales".
La mayoría de actividades para los jóvenes periodistas estuvieron relacionadas con las Fuerzas Armadas y la seguridad, así como clases magistrales donde se ilustró la importancia de no propagar noticias falsas, destacando como solución a este problema "la reproducción de los mensajes gubernamentales".
Una de las mayores preocupaciones de las autoridades egipcias ante los medios de comunicación fue la “seguridad nacional” y los supuestos peligros que suponen para la misma algunos videos e informaciones propagados, ya sea a través de los medios de comunicación tradicionales o de las redes sociales.
En ese sentido, las autoridades y profesores inculcan en los jóvenes periodistas su responsabilidad para evitar que el orden público se vea alterado por la difusión de “información falsa” o “rumores”.
“Pensaba que los medios de comunicación estaban dirigidos por el gobierno", reflexionó Hafza, antes de reafirmar que lo aprendido era que gracias a la censura "se evita la propagación de rumores con el fin de preservar la estabilidad de la sociedad”.
“Lo más difícil es la censura, en particular cuando quieres escribir sobre algo o dar tu opinión sobre un problema en concreto, pero sabes que no lo puedes hacer”, se lamentó a EFE una joven periodista de 23 años, Aamaal, quien también prefirió usar un pseudónimo, sobre las dificultades de los comunicadores egipcios.
Reporteros Sin Fronteras publicó este mes de mayo su clasificación anual mundial de la libertad de prensa, en la que ordena 180 países según un recuento cuantitativo de los ataques cometidos contra la prensa y un análisis cualitativo de la situación general del país en diferentes ámbitos.
Egipto ocupó la posición 170 debido a «los intentos de reprimir la cobertura de la crisis económica».
“El gobierno conoce bien las dificultades (de la nación), pero el problema no radica en hablar de estas preocupaciones, sino en señalar quién tiene la culpa” y añade: “está bien decir que se me ha roto el teléfono, pero no es fácil hablar sobre las razones que han llevado a que se rompa ni sobre quienes son los responsables por ello”.
Según denunció el pasado abril Amnistía Internacional (AI) en su informe anual el gobierno siguió deteniendo y llevando a cabo desapariciones forzosas de periodistas durante 2024. EFE
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