Quito, 11 may (EFE).- Ecuador despidió este domingo con una emotiva misa a los once militares asesinados el viernes cuando fueron emboscados, presuntamente por un grupo disidente de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), mientras desplegaban un operativo contra la minería ilegal en la Amazonía.
La misa tuvo lugar ante los once ataúdes cubiertos con banderas de Ecuador en una capilla ardiente levantada en el colegio militar Eloy Alfaro de Quito, hasta donde fueron trasladados el sábado vía aérea desde la Amazonía,
"Aquellos que hoy ofrendaron su vida, no son extraños a nosotros, son nuestros hermanos, son padres, son hijos y, sobre todo, son héroes que supieron siempre que, al estar en la primera línea de batalla, podían perder hasta lo más preciado", dijo el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo.
Reiteró que el ataque no fue solo contra los once militares sino contra los 18 millones de ecuatorianos.
"Este -dijo- es un recordatorio para todos nosotros de que estamos en guerra, de que cuando hablamos de peligros y atentados en contra de las fuerzas del orden y autoridades, estamos diciendo la verdad".
En enero de 2024, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró el 'conflicto armado interno' contra los grupos criminales, vinculados -entre otros- al narcotráfico y minería ilegal, les declaró la "guerra" y pasó a llamarlos "terroristas".
En un discurso ante los féretros, Loffredo instó a la sociedad a preguntarse dónde están los derechos humanos de "la gente de bien, de los héroes, de los militares y de las familias que hoy sufren".
"No voy a negar que el dolor nos acompañará por mucho tiempo, pero también que serán sus once rostros los que nos inspirarán en esta etapa, en este segundo aliento en el que intensificaremos la guerra contra la maldad", dijo.
Noboa, que fue reelecto en los comicios de este año, asumirá el próximo 24 de mayo su nuevo mandato hasta 2029.
"Dios bendiga a las familias de nuestros héroes y a todas las familias de Ecuador", finalizó el ministro con la voz quebrada por la tristeza.
Emboscada
Según el Ejército, los militares fueron emboscados por los Comandos de la Frontera, grupo disidente de las FARC, que aparentemente niega estar detrás de esta matanza.
El enfrentamiento se registró en el sector llamado Alto Punino, una zona situada en la cuenca alta del río del mismo nombre, donde han proliferado en los últimos años los campamentos de mineros ilegales de oro que se encuentran en el límite provincial entre las amazónicas Napo y Orellana, separadas de Colombia por la provincia de Sucumbíos.
A varios puntos de este sector llegaron en helicópteros cuatro equipos de combate conformados por 80 militares de la Brigada de Selva 19 Napo, del Ejército ecuatoriano.
Uno de los equipos fue emboscado con explosivos, granadas y fusiles, lo que dejó once militares muertos y uno herido, así como un fallecido del grupo armado, según el Ejército.
Henry Delgado, comandante General de Ejército, dijo que cuando los militares iban a destruir la maquinaria hallada en la zona de Alto Punino fueron "atacados por los Comandos de Frontera, quiénes tienen alianzas con los grupos armados organizados, denominados Los Lobos".
Entre los fallecidos están dos oficiales y nueve soldados de tropa, dijo al señalar que ya se ha reforzado el área, con dos unidades militares adicionales.
Niegan autoría de masacre
La Fiscalía abrió una investigación previa por "terrorismo" tras el asesinato de los once militares, mientras Ecuador cumple desde el sábado un duelo nacional de tres días, decretado por Noboa, quien declaró, además, héroes nacionales a los fallecidos y apuntó que el crimen "no quedará impune".
En un mensaje divulgado por medios de Colombia, cuya autenticidad no ha sido confirmada, los Comandos de la Frontera aseguraron que no son los responsables de la matanza en Ecuador.
"La organización político-militar Comandos de la Frontera no tiene ninguna responsabilidad en los lamentables hechos que han ocurrido en territorio ecuatoriano", reza el mensaje atribuido a este grupo armado. EFE
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