Detenido en La Haya, Duterte y su clan sacan músculo electoral en su bastión de Filipinas

Duterte, detenido en La Haya, confía en el apoyo de su familia y seguidores mientras su clan busca consolidarse en Davao en las elecciones a mitad de mandato

Guardar

David Asta Alares

Davao (Filipinas), 10 may (EFE).- Candidato 'in absentia' a la alcaldía de su bastión en la ciudad sureña de Davao, el expresidente filipino Rodrigo Duterte y su familia buscan afianzarse este lunes en las elecciones a mitad de mandato, a pesar de que el patriarca permanece detenido en La Haya por su sangrienta guerra contra las drogas.

Una carrera electoral que el exmandatario de 80 años cuenta con muchas posibilidades de ganar, según encuestas como la elaborada por la Universidad de Mindanao, en la urbe que gobernó durante más de tres décadas y donde continúa siendo tremendamente popular entre la población local.

"La guerra contra las drogas fue buena para nosotros, porque sentimos que hizo más seguros Davao y Filipinas. Si es posible que la guerra contra las drogas renazca, estaría de acuerdo porque salvó vidas", afirmó a EFE Tina.

Voluntaria regular frente a la casa de Duterte, un domicilio de una sola planta y situado en un tranquilo barrio de clase media, Tina es una de los decenas de seguidores del expresidente que reciben a visitantes y curiosos.

La calle se ha visto convertida en una especie de museo al aire libre con recortes a tamaño real del expresidente, murales con mensajes de apoyo dejado por sus seguidores y un lema que ondea en muchas pancartas de la capital: "devolvedlo a casa".

"Le apoyo porque creo que es una buena persona que hizo buenas cosas para nuestra ciudad y nuestro país", resumió.

Duterte orquestó una sangrienta campaña contra las drogas, primero como alcalde de Davao y luego a nivel nacional durante su presidencia entre 2016 y 2022.

En el bastión del expresidente, la ONG local Coalición Contra las Ejecuciones Sumarias (CASE, en inglés) documentó 1.424 muertes entre 1998 y 2015. Eran los días del llamado Escuadrón de la Muerte de Davao (DDS), un secreto a voces en la ciudad que sus seguidores continúan defendiendo.

"Aquí todos sabemos que el DDS mataba a criminales", dijo a EFE Jessie Mahinay, taxista llegado a Davao junto con sus padres cuando tenía siete años, "mejor eso que un drogadicto delinquiendo y sembrando el terror en la ciudad".

Trasladada a nivel nacional con órdenes a los agentes de disparar a matar si el sospechoso oponía resistencia, la propia Policía contabilizó la muerte de unas 6.000 personas en operativos antidroga y ejecuciones extrajudiciales, unas estimaciones que ONG locales elevan a más de 30.000 fallecidos.

La sangrienta campaña llevó a Duterte ser arrestado el pasado marzo por orden de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya, donde aguarda un juicio por crímenes contra la humanidad cuyo inicio está previsto el próximo septiembre.

Mahinay, como muchos en la ciudad, alaban a Duterte por haber puesto freno la violencia en la anteriormente conocida como 'capital de los asesinatos de Filipinas', al hacerse con la alcaldía en 1988. Entre la fuerte presencia de los guerrilleros comunistas del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA, siglas en inglés), la violencia asociada al narcotráfico y los robos, Davao era una ciudad proscrita.

Con una imagen de líder sencillo y malhablado, el éxito del polémico expresidente es haberse forjado una reputación de pacificador al tiempo que se jactaba de asesinar a criminales.

"Tatay Digong (Papá Digong, un apodo cariñoso de Duterte) disciplinó la ciudad en aquella época y hasta nuestros días", explicó a EFE Joel Sagosoy Valles desde el restaurante abierto por su familia en Davao hace más de cuatro décadas.

Con sus paredes y hasta el techo empapelados de fotografías del exmandatario y sus descendientes, Sana’s Original Kabawan and Bulaloan se precia de ser el comedor favorito del ahora aspirante a la alcaldía.

Un establecimiento que Duterte comenzó a frecuentar durante su época como fiscal, y que alimenta su épica de hombre cercano al pueblo y alejado de la ostentación asociados al presidente, Ferdinand Marcos Jr., hijo del dictador que expolió 10.000 millones de dólares.

Marcos Jr. aspira a ver sus políticas respaldadas en los comicios, en los que no solo están en liza 18.000 puestos de las principales administraciones locales sino también 12 de los 24 asientos del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes.

Para el clan Duterte, se trata de una cuestión de supervivencia. "Duterte tiene ahora 80 años, no sabemos quién continuará con su legado", estimó Valles.

De momento, su hija y actual vicepresidenta, Sara Duterte, suena como candidata a la presidencia en 2028.

Por otro lado, incluyendo el patriarca, cinco miembros de la familia se presentan a los comicios. Sus hijos, Sebastian, como vicealcalde tras un mandato al frente de Davao, y Paolo, que busca la reelección a la Cámara Baja del Congreso.

Además, dos nietos del expresidente, Omar Vincent y Rodrigo Duterte II, aspiran a puestos en la administración local.

"A pesar de los desafíos, Davao es la ciudad más segura, la más limpia, la más habitable", lanzó el pasado miércoles Sebastian en un acto electoral entrada la noche en Davao.

"¡Duterte, Duterte, Duterte!", corearon en respuesta los cientos de asistentes, durante un mitin dominado por la imagen en las pantallas electrónicas del expresidente. EFE

(foto)(vídeo)