HRW pide a EEUU que no deporte migrantes a Libia y destaca su "historial" de "horribles condiciones"

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La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) ha pedido este viernes a Estados Unidos que "no deporte migrantes a Libia", alegando que tales deportaciones serían ilegales y "pondrían a los detenidos en condiciones deplorables".

"Es distópico presionar a un país fracturado como Libia, con un historial bien documentado de horribles condiciones de detención por parte de grupos armados que no rinden cuentas, para que acoja a más detenidos", ha señalado la subdirectora para Oriente Medio y el Norte de África de la ONG, Hanan Salah.

"Los malos tratos de Libia a los migrantes son notorios, sus centros de detención son agujeros infernales y los refugiados no tienen dónde acudir en busca de protección", ha denunciado Salah.

Según la organización humanitaria, los abusos sufridos por las personas detenidas en Libia "incluyen hacinamiento, palizas, tortura, falta de alimentos y agua, trabajos forzados, agresiones sexuales y violaciones, y explotación infantil".

Varios medios estadounidenses aseguraron el miércoles que la Administración Trump había mantenido contactos con representantes de Libia y con Ruanda para enviar a migrantes expulsados desde Estados Unidos.

No obstante, el Gobierno de Unidad Nacional de Libia, apoyado por Naciones Unidas, negó el miércoles haber firmado un acuerdo con la Administración Trump, para la deportación de migrantes.

En el este de Libia, tanto las Fuerzas Armadas Árabes Libias que controlan el territorio como su representante de Exteriores negaron también la existencia de cualquier acuerdo similar, según la cadena de televisión libia Al Wasat.

Preguntado por la cuestión, Donald Trump respondió a los periodistas que no lo sabía. "Tendréis que preguntar a Seguridad Nacional", señaló.

El ministro de Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, confirmó el lunes contactos con Washington con vistas a la posible firma de un acuerdo para el traslado de migrantes similar al que su país suscribió en su día con Reino Unido y que no llegó a ponerse en marcha por el veto de la Justicia británica.