
Las autoridades de Emiratos Árabes Unidos (EAU) han rechazado las acusaciones por parte de Amnistía Internacional sobre su presunto envío de armamento de fabricación china a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), sumidas desde abril de 2023 en un conflicto a gran escala con el Ejército de Sudán.
El viceministro de Exteriores emiratí para Asuntos Militares y de Seguridad, Salem al Yaberi, ha tildado de "engañoso" el informe de la organización no gubernamental. "EAU rechaza firmemente que se sugiera que esté entregando armamento a ninguna de las partes implicadas en el conflicto en Sudán", ha sostenido.
"Estas afirmaciones son infundadas y carecen de pruebas", ha dicho, antes de reiterar que su postura ha sido trasladada a Naciones Unidas y afirmar que el sistema de armas recogido en el informe de Amnistía "se fabrica fuera de EAU y está disponible en los mercados internacionales desde hace cerca de una década".
"La afirmación de que solo un país lo ha adquirido o entregado es inválida", ha señalado Al Yaberi, quien ha dicho que "EAU reitera la importancia de verificar rigurosamente la información antes de su publicación", según un comunicado publicado por el Ministerio de Exteriores emiratí.
En este sentido, ha hecho hincapié en que el país cuenta con "un régimen de exportación exhaustivo y robusto, en línea con sus obligaciones con el Derecho Internacional, también en lo relativo al control de armas". "EAU se toma en serio esta responsabilidad y está comprometido con trabajar con sus socios internacionales para evitar el flujo ilícito de armas en zonas en conflicto", ha argüido.
Al Yaberi ha solicitado además "un alto el fuego inmediato y permanente en Sudán, la protección de los civiles y el reinicio de un proceso político inclusivo que lleve a un gobierno civil independiente del control militar", al tiempo que ha destacado que su "compromiso humanitario" con la población sudanesa "no decaerá".
El comunicado ha sido publicado un día después de que Amnistía asegurara haber constatado el uso por parte de las RSF de armamento de origen chino suministrado supuestamente por EAU y denunciara lo que considera "una violación flagrante" del embargo de armas aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Amnistía ha examinado fotografías y vídeos que muestran secuelas de ataques del RSF con bombas guiadas GB50A --la primera vez que se ha documentado su uso en conflicto-- y obuses AH-4 de 155 milímetros. Se trata de armas de fabricación china pero que "casi con toda certeza" fueron exportadas por EAU.
De hecho, el Gobierno sudanés ha denunciado de forma reiterada la connivencia política y militar entre las autoridades de EAU y las RSF, hasta el punto de que elevó sin éxito ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una denuncia por presunto genocidio en la región de Darfur, uno de los principales focos de la guerra civil que estalló hace más de dos años.
SUDÁN DENUNCIA NUEVOS ATAQUES
Por otra parte, el Ejército de Sudán ha asegurado este mismo viernes que ha repelido un nuevo ataque con drones por parte de las RSF contra instalaciones en Puerto Sudán, a donde fueron trasladadas las instituciones oficiales tras el estallido de la guerra, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas o daños materiales.
Así, ha indicado que los sistemas de defensa aérea han intervenido para hacer frente a una nueva oleada de ataques por sexto día consecutivo contra la ciudad, según el portal de noticias Sudan Tribune, que ha indicado que una base aérea cercana al aeropuerto internacional de Puerto Sudán habría sido alcanzada entre el domingo y el miércoles.
Las RSF han intensificado durante los últimos días sus ataques con drones contra posiciones del Ejército y otros objetivos en zonas fuera de su control, incluidos almacenes de combustible, aeropuertos y bases militares en Puerto Sudán, Kasala y Kenana.
La guerra entre el Ejército y las RSF estalló en abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar --ahora declarado como terrorista-- en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento definitivo de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir en un golpe de Estado militar.
Dicho proceso de transición sufrió un grave varapalo en octubre de 2021, cuando el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, dio una nueva asonada --respaldada por Mohamed Hamdan Dagalo, líder de las RSF y entonces su aliado-- en el que fue derrocado el primer ministro, Abdalá Hamdok. Los intentos de reconducir la situación e integrar a las RSF en el Ejército terminaron por desatar un conflicto a gran escala que ha sumido al país en una grave crisis humanitaria.