Auge turístico de Albania, eclipsado por problemas de infraestructura y daños ecológicos

Albania enfrenta un rápido crecimiento turístico y un aumento en las llegadas de visitantes, pero enfrenta serios desafíos ecológicos e infraestructurales que amenazan su desarrollo sostenible y su patrimonio natural

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Ivan Blazhevski

Skopie, 9 may (EFE).- Albania, un pequeño país balcánico con espectaculares playas en el Mar Adriático a módicos precios, se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos turísticos europeos de mayor crecimiento, pero el auge del sector afronta serios desafíos ecológicos y de infraestructuras.

El antiguo país comunista celebra este domingo unas elecciones generales clave, las décimas desde su transición a la democracia a principios de la década de 1990 y la primera desde que el país abriera el año pasado el primer capítulo de las negociaciones para su ingreso en la Unión Europea (UE).

Junto al objetivo de lograr cerrar el proceso de adhesión antes del fin de la década, el impulso al turismo ha sido uno de los temas centrales de la campaña electoral.

Las llegadas de visitantes a este pequeño país balcánico de 2,4 millones de habitantes casi se han triplicado en los últimos diez años, de 3,8 millones en 2014 a 11,7 millones en 2024, según la Oficina Estatal de Estadística de Albania.

Los ingresos del sector totalizaron el año pasado un récord de 3.800 millones de euros.

Tanto el gobernante partido socialista (PS) del primer ministro, Edi Rama, como la opositora "Alianza para la Albania Gloriosa" que encabeza el conservador PD del expresidente y exjefe de Gobierno Sali Berisha, apuestan por seguir impulsando este floreciente sector como motor de la economía del país.

Los políticos hacen caso omiso a las crecientes críticas de grupos de la sociedad civil por los efectos del desarrollo de las zonas turísticas, que junto al cambio climático, están destruyendo playas, islas y bosques.

Los protectores del medio ambiente consideran que el problema radica en la manera apresurada, mal planificada y caótica en la que se está desarrollando el sector en Albania, un país que durante décadas de régimen comunista (hasta 1990) estuvo cerrado al exterior.

La recogida de residuos municipales está bajo creciente presión, alerta un informe reciente la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

A ello se suma un acuciante problema de falta de agua, pues a pesar de su abundancia natural, muchas localidades turísticas sufren una escasez debido a las viejas infraestructuras, repetidos períodos de sequía y el aumento de la demanda estacional, según contaron a EFE varios vecino que viven en sur de Albania.

"Ya no podemos beber agua del grifo y los contenedores siempre están llenos de basura", cuenta a EFE Arben, un pescador de 52 años que vive en el pueblo de Vlora, en la costa sureña del Adriático.

"Nuestras tuberías son viejas, nuestros embalses suelen estar demasiado vacíos, y aun así se están construyendo nuevos hoteles", se queja también Luljeta, de 40 años, vecina en la misma localidad.

Por su parte, Mimoza Çeljan, de 61 años, se queja del aviso que recibió de pronto de que su modesta casa en Vlora será demolida para construir una avenida.

"Esto no se hace para servir a la comunidad. Esto sirve a los señores que están construyendo el balneario en la playa", afirmó uno de sus vecinos, Leonard, de 48 años.

El año pasado, el Parlamento de Albania introdujo enmiendas a la 'Ley de regiones protegidas' para permitir realizar proyectos de infraestructura a gran escala dentro de áreas naturales protegidas.

"Esta ley sienta un precedente peligroso y sistemático que podría legitimar proyectos destructivos dentro de ellas, provocando su degradación ecológica irreversible en el futuro", declaró a EFE Olsa Nika, activista de la ONG 'Eco Albania'.

"Necesitamos una planificación sostenible, no solo complejos turísticos ostentosos. De lo contrario, corremos el riesgo de convertir a Albania en una historia negativa, en lugar de una historia de éxito", añadió.

Entre los proyectos más controvertidos está el del Aeropuerto Internacional de Vlora, actualmente en construcción dentro de un humedal ecológico protegido.

Forma parte de la ruta migratoria del Adriático, vital para más de 200 especies de aves, algunas en peligro de extinción, como el pelícano dálmata.

Pero quizás el más polémico sea el vinculado a Jared Kushner, yerno de Donald Trump, en la isla Sazan, situada en la Bahía de Vlora, sede de una antigua base naval comunista.

La empresa de Kushner, que lidera el plan de construir complejos turísticos en toda la isla con una inversión de unos 1.500 millones de euros, recibió el encargo sin licitación, tras ser designado por el Gobierno como "inversor estratégico". EFE

(foto) (vídeo)