Putin y Xi presumen de relación y se sitúan como "factor estabilizador" en un momento de crisis global

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Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, se han reunido este miércoles en Moscú, desde donde han hecho alarde de su gran entendimiento, en vísperas del gran desfile que se celebra este viernes en la capital rusa para conmemorar el triunfo soviético sobre la Alemania nazi en la II Guerra Mundial.

"En el contexto de una situación geopolítica compleja y la incertidumbre global, la alianza política exterior entre Rusia y China es el factor estabilizador más importante en la arena internacional", ha valorado Putin ante su invitado estrella en un desfile que servirá para reflejar la influencia del presidente ruso.

El viaje de cuatro días del presidente chino tiene lugar con motivo de los fastos por el 80 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, en los que participarán una veintena de líderes y representantes internacionales.

China y Rusia han firmado este miércoles una declaración conjunta que refuerza su sintonía en asuntos clave, así como un nuevo acuerdo para proteger las inversiones y el comercio mutuos. Gracias a este tipo de iniciativas, ha destacado el presidente Xi, las relaciones entre Moscú y Pekín durante los últimos años se "mantienen estables, saludables y en ascenso".

Putin ha destacado que esta asociación se basa en los "intereses estratégicos" que comparten desde hace décadas estos dos país "en beneficio de ambos pueblos", pero en ningún momento "ir en contra de nadie".

"Se trata de un sistema de comercio mutuo estable, protegido frente a la influencia de terceros y de tendencias negativas en los mercados mundiales", ha explicado Putin, quien ha coincidido con Xi en señalar que la reciente imposición de aranceles por "terceros países" daña la economía y estabilidad globales.

Una declaración conjunta en la que han criticado que este tipo de iniciativas "unilaterales" e "ilegítimas" afectan además la cooperación internacional que se necesita para hacer frente a desafíos globales tales como la seguridad alimentaria y energética, así como los objetivos marcados Naciones Unidas.

Pekín ha servido de salvavidas económico y diplomático a Moscú desde el inicio de la invasión de Ucrania hace más de tres años. Moscú ha tenido que hacer frente a una serie de sanciones sin precedentes por parte de Occidente, lo que también ha supuesto estrechar aún más lazos con otros actores como Corea del Norte, o Irán.

Ambos han ratificado este jueves una declaración conjunta en la que han sellado su mutuo acuerdo en asuntos de diferente índole, como su predisposición a colaborar en una solución para el acuerdo nuclear iraní que suponga la no proliferación de armas nucleares, o su reclamación a Japón para que se "distancie" del militarismo.

En lo que respecta a Ucrania, apoyan todos los esfuerzos que conduzcan hacia una paz que ha de tener en cuenta las "causas profundas" que originaron el conflicto, "los intereses y preocupaciones" sobre seguridad de "todos los Estados", así como los principios reflejados en la Carta de Naciones Unidas.