Moscú, 8 may (EFE).- Los presidentes ruso, Vladímir Putin, y chino, Xi Jinping, lanzaron hoy un serio aviso a Estados Unidos con una declaración estratégica en la que condenaron tanto su política de contención, como la expansión de la OTAN en Europa y Asia, y las barreras comerciales impuestas por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Durante su reunión en el Kremlin, Putin y Xi aseguraron que su alianza, que definieron como un "factor estabilizador" en tiempos de incertidumbre geopolítica, no está dirigida contra ningún país.
La visita del líder chino a Rusia con ocasión del 80 aniversario de la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial fue una demostración de que, pese al reciente acercamiento con Putin, Trump no ha podido meter una cuña entre ambos países.
Por supuesto, hubo espacio para los llamamientos a renunciar a la mentalidad occidental de bloques propia de la Guerra Fría, a oponerse a la rehabilitación del nazismo y a adaptar la arquitectura internacional a las realidades del siglo XXI, de forma que reflejen el balance de fuerzas entre todos los miembros de la comunidad mundial.
Política de doble contención
Putin y Xi, que arrancaron su cumbre por la mañana y la terminaron siete horas después entre tazas de té, aprobaron dos declaraciones políticas que reflejaron las tensiones entre el eje Moscú-Pekín y el que forman Washington y Bruselas.
Las partes "tienen la intención de ampliar la cooperación y reforzar la coordinación con el fin de contrarrestar con firmeza la política de Washington de 'doble contención' de Rusia y China", señala el documento, que criticó el sistema antimisiles Cúpula de Hierro y advirtió del riesgo de un conflicto nuclear.
Las preocupaciones chinas sobre la expansión de la OTAN en Asia-Pacífico quedaron reflejadas en el texto, en el que ambos dirigentes consideran tal aspecto "extremadamente negativo para la paz, la estabilidad y la prosperidad de la región".
Al respecto, aseguraron que los planes de EE.UU. y el Reino Unido de crear una infraestructura militar en Australia (en alusión a la alianza tripartita AUKUS) únicamente "provocarán una carrera armamentista en la región".
Putin y Xi alertaron de que la expansión de algunas potencias nucleares que despliegan misiles de corto y medio alcance lejos de su territorio, en clara alusión a EEUU, amenazan los intereses fundamentales de otros países que también disponen de arsenal estratégico, como es el caso de Rusia y China.
Diatriba contra las barreras comerciales
En un claro aviso a Trump, Rusia y China denunciaron los aranceles comerciales "injustos", la competencia desleal, las medidas proteccionistas y las sanciones unilaterales.
"La introducción de aranceles injustificados por parte de determinados Estados hacia sus socios comerciales va contra los derechos e intereses de otros Estados y la Organización Mundial del Comercio, (...) lo que amenaza a la estabilidad mundial", señala.
En su opinión, dichas medidas "discriminatorias" influyen negativamente en la economía mundial y en la seguridad alimentaria y energética.
Precisamente, Estados Unidos y China se reunirán este fin de semana para un primer encuentro oficial tras el inicio de la nueva guerra comercial en el que las tarifas fueron elevadas hasta el 145 % por decisión de Trump.
En cuanto a la congelación de activos, del que es ahora víctima Rusia, defienden el derecho a tomar medidas de respuesta en virtud del derecho internacional.
En contraposición, Rusia y China firmaron hoy un acuerdo de fomento y protección de inversiones, que Putin estimó en 200.000 millones de dólares, lo que elevaría a un billón el dinero total invertido en proyectos conjuntos, según el Kremlin.
Putin también dio la bienvenida a los fabricantes de coches y microprocesadores chinos, y prometió que Gazprom satisfará las necesidades de gas chinas incluso por encima del tope marcado por los contratos bilaterales.
La solución pacífica de las crisis internacionales varía según el país implicado. En el caso de Irán llamaron a solucionar el problema nuclear sobre la base del Tratado de No Proliferación, pero también del uso pacífico de la energía atómica.
Eso sí, esa solución pacífica debe tener en todo caso en cuenta las razonables preocupaciones de todos los participantes en el proceso.
Mientras, la declaración defiende el concepto de seguridad indivisible -un país no puede garantizar su seguridad a costa de otro-, argumento esgrimido por Rusia para defender su campaña militar en Ucrania, que aspiraba a ingresar en la OTAN.
De hecho, Rusia también alabó en el documento conjunto la postura objetiva e imparcial y el papel constructivo jugado por Pekín, al que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó recientemente de enviar tropas y equipos militares a Rusia.
Aprovechando la presencia en Moscú de los líderes de Brasil, Venezuela y Cuba, alabaron la voluntad de los países latinoamericanos hacia una cooperación mutuamente beneficiosa y se mostraron dispuestos a incrementar los contactos con las organizaciones regionales. EFE
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