Ochenta años de paradas militares en la plaza Roja

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Moscú, 8 may (EFE).- Rusia celebra desde hace 80 años la victoria sobre la Alemania nazi con paradas militares en la plaza Roja, una tradición transformada en herramienta política por el presidente ruso, Vladímir Putin, que ha convertido las glorias militares pasadas en ideología nacional.

El primer desfile se celebró el 24 de junio de 1945. Frente al mausoleo del líder bolchevique Vladímir Lenin desfilaron más de 40.000 soldados que combatieron en la guerra.

Como colofón de la parada, los militares que desfilaron por el empedrado de la plaza lanzaron a los pies del mausoleo más de 200 banderas y estandartes del enemigo derrotado.

La parada fue comandada por el general soviético Konstantín Rokossovski, que presentó las columnas al mariscal y artífice de la victoria, Gueorgui Zhúkov.

El líder soviético, Iósif Stalin, que no sabía montar a caballo, se limitó a observar estos festejos desde la distancia, que despreció hasta el fin de sus días.

La Alemania nazi firmó su capitulación el 8 de mayo de 1945, pero debido a la diferencia de husos la noticia llegó a Moscú el 9 de mayo, fecha elegida para marcar la victoria soviética.

Stalin, reacio a celebrar la victoria sobre el nazismo alemán, solo declaró festivos los 9 de mayo de 1946 y 1947. A partir de entonces tuvieron que pasar casi dos décadas para que se volviera a celebrar esta efemérides.

Solo en 1965 la fecha fue declarada día festivo, y se celebró la segunda parada militar, en la que desfiló por primera vez la Bandera de la Victoria de manos de los soldados que enarbolaron el emblema con la hoz y el martillo sobre el Reichstag de Berlín.

Tuvieron que pasar otros 20 años para que se celebrase otra parada en 1985, con ocasión del 40 aniversario de la victoria, a la que siguió cinco años después la de 1990.

En ambas participaron columnas de veteranos y máquinas de combate y tanques de la Segunda guerra mundial, como los legendarios tanques soviéticos T-34 y las lanzaderas Katiusha.

Sin embargo, la situación cambió radicalmente en 1995, cuando en ocasión del cincuentenario de la victoria el presidente ruso, Borís Yeltsin, tomó la decisión de realzar la importancia de la celebración al promulgar varias leyes con el fin de perpetuar la memoria de la gesta.

En aquella ocasión, en la que por primera vez la parada se complementó con un desfile aéreo al oeste de la capital rusa, participaron invitados extranjeros de más de medio centenar de países, incluyendo al presidente de EE.UU., Bill Clinton, el secretario general de la ONU, Butros Butros-Ghali, y el primer ministro británico, John Mayor.

En el año 2000 el recién investido presidente Vladímir Putin asumió por primera vez la parada militar en calidad de comandante supremo de las Fuerzas Armadas de Rusia. Fue la última vez en que los veteranos de la guerra desfilaron a pie por la plaza Roja.

Putin mantuvo los desfiles anuales y propició la participación de líderes extranjeros en las paradas, entre los cuales destacaron en 2005 los presidentes de Estados Unidos, George Bush; de Francia, Jacques Chirac; el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi; y el canciller alemán Gerhard Schröder, entre otros.

En aquella parada el mandatario ruso hizo un guiño a sus invitados de Occidente al señalar que Rusia "nunca declaró la victoria suya o ajena".

Una actitud que cambiaría tras la anexión de Crimea (2014), el comienzo de la guerra en el Donbás y el distanciamiento con Occidente.

Durante el intermedio de cuatro años de la presidencia del delfín de Putin, Dmitri Medvédev, las paradas alcanzaron un esplendor y magnificencia nunca antes vistos.

Medvédev dispuso que la parada aérea comenzara a sobrevolar la plaza Roja, con desfiles en los que llegaron a participar 120 aviones (2010).

También dispuso que a las paradas se sumaran formaciones de equipamiento bélico pesado, incluyendo misiles intercontinentales, y en particular las novedades del complejo industrial militar ruso, presentadas como armamento exclusivo y sin parangón.

Putin siguió sus pasos y en 2015, justo cuando Rusia le daba la espalda a Occidente, presentó los blindados Taifún-U, Rakushka y Kurganets, y los tanques Armat, uno de los cuales quedó varado en plena plaza Roja durante los ensayos.

Las últimas paradas se toparon con dificultades, ya que en 2020 la pandemia de coronavirus obligó a posponer las celebraciones hasta junio, y dos años más tarde, Rusia comenzó la llamada 'operación militar especial' en Ucrania.

Desde entonces, pese a la guerra con el país vecino, el desfile se celebró todos los años a la hora y la fecha señalada, las 10 de la mañana del 9 de mayo.EFE