La plaza de San Pedro estalla con la sorprendente elección del estadounidense Prevost

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Claudia Sacristán y Joan Mas

Ciudad del Vaticano, 8 may (EFE).- En una plaza de San Pedro a rebosar, en medio de una expectación creciente con el paso de las horas, miles de fieles estallaron al conocer el nombre del nuevo papa, León XIV, cuya elección desató una mezcla de sorpresa, emoción y júbilo generalizado entre las más de 150.000 reunidas en el corazón del Vaticano.

El anuncio del cardenal protodiácono resonó en una plaza abarrotada y aún bañada por la luz del atardecer y desató el desconcierto entre los fieles que no lograron entender el nombre del cardenal en latín, el estadounidense Robert Francis Prevost, que también tiene nacionalidad peruana.

“¡Es Prevost! Norteamericano. Un papa bueno, un papa bueno y muy válido”, repetía emocionada una fiel francesa.

Tras unos segundos de silencio, cargados de desconcierto al tratarse de un nombre poco conocido para muchos, comenzaron a extenderse los susurros, las preguntas al oído y las conjeturas lanzadas al aire por quienes intentaban entender quién era el hombre que, desde ese instante, asumía el liderazgo de la Iglesia.

Entre la multitud aquellos que lograron entender de quien se trataba transmitían el nombre de Prevost de unos a otros e incluso intentaban hacerles entender la magnitud de lo que significaba para ellos.

"¿Es de línea abierta o conservador?", se preguntaba Emmanuele, un italiano que trabaja cerca de la basílica de San Pedro y corrió a la plaza de San Pedro en cuanto salió la fumata blanca.

Poco después cuando anunciaron el nombre la plaza volvió a quedar sumida en un murmullo generalizado. “¿León XIV?”, se preguntaban algunos. Pero en cuestión de segundos, los murmullos dieron paso a los aplausos y a un cántico que no tardó en imponerse: "Viva el papa!" o "León, León, León!".

"No estaba en las predicciones. Ni Parolin ni Tagle", explicaba un fiel italiano a una religiosa vietnamita, quien le respondió: "Si así ha sido, es porque es lo que la Iglesia necesita".

El nuevo pontífice apareció poco después en la logia central de la basílica vaticana y, mientras levantaba lentamente la mano para saludar, las banderas comenzaron a ondear al viento: españolas, estadounidenses, filipinas, africanas y de muchos otros rincones del mundo que encontraron en esa plaza un espacio común de celebración.

"Es increíble que el papa sea estadounidense", aseguraba Jonathan, un joven norteamericano de Texas, mientras el nuevo papa se dirigía a los fieles con lágrimas en los ojos.

A medida que avanzaba su primer discurso, en el que no faltaron referencias al papa Francisco, cuya mención provocó una ovación cerrada, y el asombro inicial fue dando paso a una aceptación generalizada, especialmente cuando León XIV cambió al español para dirigirse a los fieles de América Latina, que recibieron sus palabras como una señal clara de continuidad y cercanía.

"Parece muy simpático", dijeron Anna Maria y Laura, dos chicas jóvenes romanas, tras ver aparecer al nuevo papa por el balcón, exultantes y alegres por su elección.

"Estamos emocionados de que ya tengamos a un nuevo papa. Tiene cara de bueno", dijo Carmen, una fiel llegada de Madrid pocas horas antes para presenciar este momento histórico: "Le queremos ya muchísimo"

Envueltos en una bandera española, ella y su esposo, Nico, expresaban su alegría con espontaneidad: “Me encanta, como si fuera africano, coreano, indio, español”, mientras algunos fieles peruanos se mostraron visiblemente emocionados con ssu primera aparición.

"Estamos realmente muy contentos por la designación del cardenal Prevost como papa", explico Ever.

"Sentí este presentimiento (de que sería elegido papa) cuando lo vi en el juramento en la Capilla Sixtina", explicó a EFE, y añadió: "Ha sido una emoción grande. El hecho de que diera un mensaje en español es muy importante, no solamente para el pueblo peruano, sino para toda Latinoamérica". EFE

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