Jaime Ortega Carrascal
Bogotá, 8 may (EFE).- El interés de Colombia en estrechar lazos comerciales con China durante la IV Reunión Ministerial del Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y ese país, que se celebrará la próxima semana en Pekín, es objeto de controversia por el temor de algunos sectores a repercusiones negativas en la relación con Estados Unidos.
En Pekín, Colombia se estrenará en la Presidencia pro tempore de la Celac y el presidente Gustavo Petro anunció el martes que firmará un acuerdo de intención para que el país se sume a la iniciativa china de la Franja y la Ruta, también conocida como las Nuevas Rutas de la Seda, y ampliar las perspectivas comerciales.
"El Gobierno colombiano, como todo Estado soberano, tiene el derecho de explorar nuevas oportunidades comerciales. Sin embargo, estas decisiones deben estar guiadas por una visión estratégica que garantice beneficios reales y sostenibles para el país", dijo a EFE la presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham Colombia), María Claudia Lacouture.
En opinión de Lacouture, "no se puede ignorar que, tanto para demócratas como para republicanos en Estados Unidos, la expansión de China en América Latina representa un riesgo para su seguridad nacional, y cuando este tema se enmarca en asuntos de seguridad, las respuestas de EE.UU. pueden ampararse en leyes que habilitan medidas restrictivas" como la reciente imposición de aranceles a todo el mundo.
Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia, con un intercambio de bienes y servicios de 36.700 millones de dólares en 2024 y un superávit de 1.300 millones de dólares para el país norteamericano.
Lacouture agregó que, en el caso de China, "falta reciprocidad" pues en 2024, Colombia exportó a ese país solo 2.377 millones de dólares, mientras que importó 15.936 millones de dólares. Eso provocó un déficit para el país andino de 13.500 millones de dólares.
"En contraste, lo exportado a EE.UU. (14.337 millones de dólares) casi compensa ese desequilibrio", explica.
Sin embargo, hay quienes como el expresidente Ernesto Samper, consideran que el viaje de Petro a China al frente de la Celac "es una oportunidad histórica" para que el país ingrese a las Nuevas Rutas de la Seda, de la que hacen parte 149 naciones, 21 de ellas latinoamericanas, y así "aumentar el comercio, las inversiones, la financiación y la cooperación entre China, Asia y el resto del mundo".
"Como presidente de la Celac, Petro podría presentar una serie de iniciativas que le interesan a la región, como la diversificación de su comercio, en momentos en que Estados Unidos cierra puertas a nuestras exportaciones", agregó Samper.
Igualmente podría tratar de avanzar en "programas clave como la transición energética; una nueva arquitectura financiera (...) el desarrollo de obras de infraestructura como la de los ferrocarriles interoceánicos; aprovechar los avances en inteligencia artificial para investigaciones científicas, y lanzar la agenda latinoamericana de regulación de medicamentos", indicó.
El propio Petro reconoció el martes que en la reunión de IV Foro Celac-China va a hablar con el presidente chino, Xi Jinping, pero lo hará "de tú a tú, no como arrodillados" para ver por qué Colombia tiene "un déficit por 14.000 millones de dólares anuales".
"Eso nos lleva a una pobreza y no quiero que China sea productora de la pobreza, por tanto la balanza comercial tiene que equipararse", agregó Petro.
Según el Banco de la República, el acumulado de la inversión extranjera directa china en Colombia entre 1994 y 2023 fue de 813,3 millones de dólares, muy por debajo de la de Estados Unidos y España, y destinado principalmente a infraestructuras, minería, energía y transportes.
Para Óscar Palma, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, el acercamiento de Colombia a China viene de atrás, "es un objetivo que de cierta forma la política exterior colombiana se ha planteado desde hace ya varios gobiernos".
"En teoría no debería ser un problema incrementar las relaciones con China, pero teniendo en cuenta la política exterior de Petro y sobre todo su personalidad, esto entra en choque directamente con el presidente estadounidense, Donald Trump", explicó a EFE.
Para Palma, merece la pena preguntarse "hasta qué punto estamos como en una especie de juego de suma cero en el cual el acercamiento con China implica sacrificar un poco la relación con Estados Unidos" y afirma que "no debería ser así" porque "en la visión de la política exterior de largo plazo, el país debería tener la capacidad de entablar unas relaciones muy sólidas con China y con Estados Unidos a la vez".
Al respecto, el viceministro colombiano de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir, afirmó hoy que "el hecho de unirse o no a la Franja y la Ruta (...) es una apuesta de Estado, es una apuesta histórica y no es un capricho de Gobierno".
"Lo que hemos constatado (...) es que hay una gran brecha entre lo que ha sido nuestra proyección hacia el Atlántico y hacia el Caribe y una proyección un poco más rezagada hacia el Asia Pacífico", agregó el vicecanciller. EFE