Shah Abbas
Srinagar (India), 8 may (EFE).- Cientos de familias han abandonado sus hogares en la volátil Cachemira administrada por la India tras el aumento de hostilidades entre India y Pakistán, marcado por el fuego cruzado en la frontera de facto entre ambos países, que ha dado lugar a la muerte de más de una decena de civiles en suelo indio.
Ya sea mediante las evacuaciones promovidas por el Gobierno regional o adelantándose a ellas, las familias que residían más cerca de la frontera han comenzado a marcharse en busca de una mayor seguridad que esperan encontrar en los distritos del interior.
"Tras una noche larga, terrible e interminable de estruendos y proyectiles cayendo por doquier, rezamos para que amaneciera y escapar”, dijo a EFE Zafir Hassan, residente del distrito de Poonch, limítrofe con Pakistán.
Él y su familia huyeron al amanecer, tras horas de intensos intercambios de disparos en la Línea de Control, la frontera de facto entre la India y Pakistán en la región de Cachemira, que se han recrudecido tras el ataque aéreo indio sobre Pakistán en la madrugada de ayer.
Como él, cientos de familias en los distritos de Reasi, RS Pura, Samba y Udhampur en la región de Jammu, así como de Poonch, Rajouri, Karnah, Kupwara y Baramulla en Cachemira, han comenzado a mudarse a lugares más seguros. Para muchos, es una repetición traumática de un ciclo de décadas de violencia y desplazamiento.
Uno de estos vecinos es Mehmood Gojri, residente en Poonch, quien recuerda aterrorizado el estruendo nocturno que escucharon todos los residentes.
"Un proyectil cayó a pocos metros de mi casa", dijo a EFE, asegurando que a su familia no le quedó otro remedio que huir.
Funcionarios gubernamentales afirman que se están implementando medidas de emergencia en los distritos más próximos con la frontera. En Kupwara se ha comenzado a evacuar a las comunidades vulnerables y se han establecido refugios temporales con alimentos, asistencia médica y servicios esenciales.
Además, el ministro principal de Cachemira, Omar Abdullah, ha autorizado fondos de contingencia para los distritos fronterizos.
En el norte de la Cachemira india, Rahim Lone, de 65 años, relató a EFE que recorrió junto a unas cuarenta familias los 75 kilómetros que separan su hogar, en Gurez, de Bandipora, este último más alejado de las posibles hostilidades en la frontera.
"Amamos a nuestras familias y valoramos nuestras vidas como cualquier otra persona", declaró.
Se trata de una experiencia traumática que para muchos de estos residentes se ha vuelto habitual en las últimas décadas.
“Estamos corriendo ahora, igual que lo hicimos en los años 90, en los 2000 y en cada ocasión desde entonces”, dijo un agricultor local, Wasu Das, mientras lamentaba que "el dolor, el miedo y la pérdida, nunca desaparecen del todo".
Cachemira ha sido fruto de confrontación entre la India y Pakistán desde la independencia de ambos países del Imperio británico en 1947, y por ella han librado varias guerras y enfrentamientos menores.
El último estallido se produce después de una serie de ataques aéreo de la India, como parte de la 'Operación Sindoor', que fue lanzada la madrugada del miércoles contra supuestas infraestructuras terroristas en Pakistán.
Este bombardeo supuso la respuesta india al atentado terrorista del pasado 22 de abril en la zona de Pahalgam, en la Cachemira india, en el que murieron 26 personas, y del que Nueva Delhi responsabiliza a Islamabad.
El ataque dio lugar a un intercambio de disparos y de artillería a lo largo de la Línea de Control esa misma madrugada, y a posteriores entrentamientos de fuego cruzado en los que han muerto al menos 15 civiles y 50 resultaron heridos en suelo indios, informaron fuentes oficiales indias.
Además, Pakistán ha asegurado que la India sufrirá las consecuencias del ataque, advirtiendo sobre posibles represalias.
"Sabemos por la historia lo rápido que pueden escalar las cosas", sentenció Jawahar Khan, otro vecino en la Cachemira india, que indicó que ya ha reubicado a su familia en Srinagar, principal ciudad de la región, ante la creciente ansiedad. .EFE
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