Antonio López ultima una gran escultura de Goya para su casa natal en España

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Cristina Lladó

Madrid, 8 may (EFE).- El pintor y escultor Antonio López ultima una escultura a tamaño natural de Francisco de Goya que dará la bienvenida a pie de calle a los visitantes de su casa natal, en la localidad de Fuendetodos (Zaragoza, noreste), en una jornada de correcciones minuciosas y debates sobre la colocación final de la obra, a la que este miércoles ha tenido acceso EFE.

El artista, menudo y de sonrisa fácil a sus 89 años, trabaja en una fundición de las afueras de Madrid, donde trabaja en una estatua de bronce tamaño natural del gran pintor de finales del XVIII y principios del XIX, encargado por el Ayuntamiento de Fuendetodos para que presida la gran fiesta goyesca de la localidad, que se celebra en septiembre.

En el taller coinciden dos trabajos preparatorios para el bronce: el primero es una impresión digital hecha en 3 D, liviana y casi abocetada, salvo por la cabeza de rasgos definidos; el segundo, hecho de poliuretano, un material tan duro como la madera, servirá para hacer el molde de cera que se usará para la fundición final en bronce.

Un Goya de unos 190 cm, vestido de cortesano, con la melena peinada en una coleta y la mirada al frente, segura y decidida. Una figura con empaque y gallardía, que sin embargo no convence a Antonio López.

La cabeza no está bien colocada -demasiado alta, demasiado adelantada, se pregunta-, y tras mucho debatir, López y el escultor Andrés García Ibáñez, quien colabora con el maestro desde hace años, optan por quitarla y volverla a ensamblar con una base de plastilina que les permitirá moverla ligeramente hasta dar con el ángulo exacto, uno que muestre decisión pero no soberbia.

“No es el Goya viejo, tampoco el Goya joven, es el Goya ya artista que ha hecho un trabajo importante, que pisa fuerte, pero no es pedante, porque es inteligente. Un Goya al que ya le han pasado cosas importantes, que ya es sordo. Un Goya como de unos 50 años”, explica López, mientras lija minuciosamente el borde de la levita de la escultura.

En su opinión, “los grandes artistas españoles no eran pedantes ninguno, porque España no se lo hubiera permitido. Eso podían serlo los franceses, pero no los españoles. Goya era un hombre inteligente que hacía un trabajo para la sociedad, como podía hacerlo cualquier otro trabajador”.

La obra, que según López estará lista en unos dos meses, “pasará el verano en Fuendetodos, donde corresponde”.

El plan es que a esta escultura se le una frente a la casa-museo otra escultura, también de López y García-Ibáñez, del pintor español Ignacio Zuloaga, fascinado por Goya, que se organizó con otros artistas, intelectuales y mecenas del XIX y principios del XX, para comprar la casa natal en Fuendetodos y así contribuir al recuerdo del maestro aragonés. EFE

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