Karlshorst, escenario de la capitulación nazi, con baile de fechas y bandera improvisada

Guardar

Elena Garuz

Berlín, 6 may (EFE).- Los representantes de las fuerzas aliadas se reunieron el 8 de mayo en un edificio de la Wehrmacht en Karlshorst, utilizado ya como centro de mando por el Ejército Rojo. Allí, en una sobria ceremonia, los comandantes en jefe del Ejército, la Armada y la Aviación nazis firmaron la rendición incondicional que puso fin a la II Guerra Mundial en Europa.

"En el documento ya estaba registrado el 8 de mayo, pero la firma se pospuso repetidamente, de modo que la firma se realizó realmente después de medianoche, es decir, el 9 de mayo, a las 00:45 y, por lo tanto, técnicamente fue el 9 de mayo", explicó a EFE Arkadi Miller, responsable de Educación y Mediación del Museo Berlín-Karlshorst.

Además, por la diferencia horaria, en Moscú era dos horas más tarde, de manera que para la Unión Soviética la fecha clara para recordar el final de la guerra fue el día 9.

En Europa Occidental se asumió el 8 como fecha de la rúbrica, por ser la que viene en el documento preparado de antemano, ante la suposición de que se firmaría antes de la medianoche, de manera que "ese día forma parte de la cultura del recuerdo", explicó este experto sobre el baile de fechas.

"Tampoco es que estuvieran todo el rato mirando el reloj, eso no era lo importante en este contexto", apuntó Miller.

El "complicado acto de capitulación" fue doble, porque la firma en la noche del 8 al 9 de mayo estuvo precedida de una declaración de rendición el día 7 en el cuartel general de los aliados en la ciudad francesa de Reims.

Pero los soviéticos, en particular, insistieron en que la rendición fuera ratificada en Karlshorst por los representantes de más alto rango de la Wehrmacht -Wilhelm Keitel por el mando supremo de las Fuerzas Armadas y el Ejército; Hans-Georg von Friedeburg, por la Armada; y Hans-Jürgen Stumpff por la Fuerza  Aérea-.

La diferencia respecto a Reims es que la ratificación en Berlín incluye una versión en ruso que hubo que traducir del original, "y tan pronto como un documento se traduce a otro idioma, surgen preguntas", indicó Miller.

"Entonces este documento se tradujo durante tanto tiempo y se cambiaron sutilezas que la declaración de rendición aquí en Karlshorst tuvo lugar después de la medianoche", explicó la demora.

Tras la firma se celebró un banquete al que la parte soviética invitó a sus aliados. "Primero se celebró este acto oficial y luego hubo un descanso, luego se sirvió la mesa y después hubo una fiesta con bebida y baile, y música y comida".

Así, los estadounidenses, los británicos y los franceses no abandonaron Karlshorst hasta primeras horas de la mañana.

En un principio, los anfitriones soviéticos no esperaban un representante francés en la ratificación, por lo que cuando llegó uno (con rango de general), entró en la sala y vio colgadas sólo tres banderas - la estadounidense, la británica y la soviética- inmediatamente pidió la suya, relató Miller.

Los soviéticos tenían que arreglarlo de alguna manera y la solución para conseguir una bandera francesa en el Berlín devastado por la guerra fue coserla a partir de un mantel rojo, una sábana blanca y un mono de trabajo azul, con tan mala fortuna que el resultado fue una bandera holandesa por lo que hubo que rehacerla.

Las imágenes de archivo muestran que la bandera francesa colgaba en un ángulo diferente a las demás, porque originalmente había sólo un soporte de tres astas y hubo que colocarla provisionalmente de alguna manera.

"La diferencia entre acontecimiento histórico y reconstrucción puede explicarse bastante bien con estas banderas" señaló Miller, ya que la sala en el museo donde se firmó la capitulación muestra un soporte de cuatro astas. "Es una diferencia sutil", apuntó.

Karlshorst quedaba un poco alejado de los combates, por lo que el edificio escenario de la ratificación de la rendición incondicional, construido a finales de los años 30, no resultó dañado y se mantiene intacto.

El edifico había albergado un casino para oficiales de la Wehrmacht hasta poco antes de la llegada del Ejército Rojo a la ciudad.

Entre 1945 y 1949 fue la sede del jefe de la administración militar soviética en Alemania, y entre 1967 y 1994 Museo de la Capitulación, refundado tras la reunificación alemana y la retirada de las tropas rusas bajo el patrocinio de una asociación germano-rusa, a la que en 1997 se sumaron Ucrania y Bielorrusia.

Se estima que más de 60 millones de personas murieron en la II Segunda Guerra Mundial, de ellos unos 27 millones de soviéticos. Más de seis millones de judíos fueron asesinados por los nazis. EFE

(foto)(vídeo)