Un viaje por la Roma del papa Francisco

Estefanía Medina Manzano

Roma, 3 may (EFE).- Al pensar en un papa, por la solemnidad de su cargo, nunca se le imagina tomando una tarta de mate o comprando un vinilo, pero Jorge Bergoglio fue un pontífice tan terrenal que le gustaba disfrutar de la gastronomía y la cultura que le ofrecía la 'Ciudad Eterna'.

Lo hacía con productos que le llegaban desde múltiples locales, que le enviaban desde prosciutto cotto (jamón cocido) español a tarta de mate o granizado de dulce de leche.

Porque, que se tenga constancia, el papa solo salió dos veces del Vaticano a las calles romanas para comprar unas gafas y un disco de ópera en la mítica tienda Stereosound. Pero recibía con frecuencia delicatessen que, según quienes se las enviaban, le gustaban mucho.

Francesco Ceravolo, el encargado de la pastelería Hedera, cuenta a EFE que enviaban tartas a Santa Marta, residencia del pontífice, en días de celebración como cumpleaños u otras celebraciones.

"Con las tartas, sin embargo, sorprendimos a su santidad con sabores diferentes. Una vez le hicimos una tarta de mate argentino, su bebida favorita. Y quedó muy feliz", relata Ceravolo.

"Le gustaron tanto que no parábamos de tener pedidos suyos: dulces, sorbetes y tartas", detalla el pastelero, que asegura que muchos encargos eran para las personas más necesitadas.

Decenas de jamones cuelgan de los techos de la 'Paciotti Salumería' de Roma. Un local especial y suculento que hace la boca agua. Pero de lo que más orgulloso se siente el hijo del propietario, Stefano Paciotti, es de la carta que se ve nada más entrar.

"Vaticano, Santa Sede, 7 de julio de 2023. Querido hermano, muchas gracias por el regalo del jamón, muy bueno. Y gracias por el pergamino. Rezo por ti y por tu familia y te pido que no te olvides de hacerlo", firma el papa Francisco.

Cuenta Paciotti que tuvo el honor de enviar al pontífice una muestra del jamón cocido cien por cien ibérico de la marca española Beher, un producto tan exquisito que, asegura, "se deshace en la boca".

Durante un acto celebrado en el consulado español en Roma, un delegado papal, tras degustar el jamón, solicitó una muestra para el pontífice. "Después de probarlo nos llamó y no dudó en agradecernos y de vez en cuando mandaba a alguien a buscar unas lonchas. Comía poco, pero bien", asegura el dueño.

De la misma manera, nadie podría pensar que la heladería de un argentino en Roma pudiera tener incluso mayor éxito que el mítico 'gelato' italiano.

Pero estar cerca de la residencia del pontífice hizo pensar a la mujer de Sebastián Padrón que mandarle un helado a Francisco podría ser una buena idea y al papa le encantó. "Desde entonces nos enviaba a muchos clientes recomendados por él mismo", cuenta el argentino.

Su heladería tiene tanto éxito que no da abasto para atender a tanta gente, y es que la promoción del papa Francisco no es poca cosa. Padrón asegura que las ventas aumentaron significativamente, especialmente con el sabor preferido de Francisco: el de dulce de leche.

La revista 'Rolling Stone' calificó a Francisco de 'Papa rock-and-roll' y Jorge Bergoglio lo certificó en enero de 2022 cuando las cámaras de decenas de romanos atónitos le capturaban saliendo de Stereosound.

La propietaria de la tienda aseguró entonces que él era un antiguo cliente, pero quiso llevar con discreción los gustos musicales del pontífice. Lo que sí contó es que se llevó de regalo un disco de música clásica.

Son estos lugares postales de la vida de un papa especial, que entraba en una tienda de música, que encargaba tartas para regalar a personas 'sin techo' y degustaba granizado o helado de dulce de leche que le enviaban a Santa Marta.

Actos cotidianos de alguien extraordinario, que no dudaba en mostrar su agrado a estos comerciantes y que dejó, para siempre, su impronta en esos lugares de Roma. EFE

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