
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha pedido este viernes "no olvidar el insoportable sufrimiento del pueblo birmano" ante la "incesante violencia" que atraviesa el país a pesar del descenso de los enfrentamientos con motivo del potente terremoto de magnitud 7,7 en la escala Richter que tuvo lugar el pasado 28 de marzo.
"Aunque se declaró el alto el fuego tras el seísmo, sigue habiendo una necesidad de que los partidos se comprometan a introducir un alto el fuego permanente que permita establecer de nuevo un gobierno civil", ha indicado Turk en un comunicado.
En este sentido, ha puntualizado que es "imperativo" que el Ejército birmano "ponga fin de forma inmediata a todos los ataques contra civiles y objetivos civiles", al tiempo que ha lamentado los bombardeos registrados tras el terremoto, que han dejado casi 200 civiles muertos.
La mayoría de estos ataques, ha explicado, han tenido lugar tras el 2 de abril, fecha en la que el Ejército declaró un alto el fuego unilateral. "Estos ataques afectan a una población ya de por sí exhausta por años de conflicto. Esto se ha visto agravado por el terrible seísmo, que ha dejado unos 3.800 muertos y 6,3 millones de personas ante la necesidad urgente de ayuda", ha dicho.
"El Derecho Internacional es claro y estipula que la asistencia humanitaria debe llegar a todos aquellos que lo necesitan sin obstáculo alguno", ha aclarado Turk, que ha incidido en que la población birmana necesita "agua, alimentos y refugio".
Además, ha apuntado a la importancia de la "paz" y la "protección". "Este es momento de poner a la gente por delante, priorizar sus necesidades humanitaria y lograr una resolución pacífica a la crisis. En vez de seguir invirtiendo en fuerza militar, hay que centrarse en la restauración de la democracia en Birmania", ha apuntado.
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