Carlos Ballarta conquista con su humor mexicano que aborda desde el racismo a la religión

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Miguel Álvarez

A Coruña (España), 2 may (EFE).- El mexicano Carlos Ballarta ha conquistado este viernes A Coruña -noroeste de España-, en el Encuentro Mundial de Humorismo, con un humor que ha abordado cuestiones desde el racismo a la religión.

Después de doce años en el mundo de la comedia, Carlos Ballarta interpreta su espectáculo 'Tlatoani', una palabra que en náhuatl, el idioma de los mexicas, significa "el que habla".

Lo define como una redención, un derecho a "una segunda oportunidad" en lo que bromea con los asesinos en serie de Estados Unidos que se convierten al cristianismo en el último momento para tener el perdón.

Y precisamente Estados Unidos tiene un gran protagonismo en su espectáculo, por su relación con México, su expansionismo, el rechazo al uso del sistema métrico o la victoria de Donald Trump, entre otros motivos.

Ballarta nació en Xochimilco, "una parte marginada de Ciudad de México", que aparece en la actuación, en la que también emplea de forma habitual la expresión: "Viernes de ahorcar rucas (mujeres)", que hace referencia a una especie de asfixia erótica sobre la que pivotan algunas de sus bromas.

 Para escribir el guion decidió salir de su "zona de confort" y, para ello, en un punto interactúa con el público, con el que habla de política.

"Hoy en día podemos hablar abiertamente de nuestra orientación sexual, pero no de nuestra orientación política. No sé si hemos avanzado o hemos retrocedido", ha bromeado, aunque matiza que esto cuando estuvo en La Habana le costó un momento tenso.

Temáticas como el aborto, la religión, los colectivos LGTB o el capitalismo son algunos de los ejes que utiliza en 'Tlatoani'.

La paternidad tiene también su espacio, así como el comportamiento de los niños: "No comentes si no te vas a quedar a educarlos", reclama.

Compara el lenguaje inclusivo con el calendario revolucionario francés, "un lindo gesto" que, en la práctica, no hace que la policía deje de pararlo por la calle.

Además de Estados Unidos, un lugar del que le da miedo la sanidad por los altos precios, también habla de la relación con España y se pregunta si "debería pedir disculpas por lo ocurrido hace 500 años".

No obstante, reconoce con humor la importancia de su influencia: "Hasta la llegada de los españoles, no se habían aparecido santos en América".

Y, respecto a Iberoamérica, también se toma con humor las relaciones entre los distintos estados, muchas veces tensas.

"Cuando voy a visitar a mis hermanos, los insulto, significa que los amo", concluye antes de definir a México como La India de la zona.

Al final del espectáculo, el director del Encuentro Mundial de Humorismo, Luis Piedrahita, ha entregado a Ballarta el premio del evento, por su "pensamiento fino" combinado con ingenio e ironía.

Ha confesado que le sigue la pista desde hace años y tenía ganas de que participase en el evento que suma cinco ediciones en A Coruña.

Se trata de un galardón, en palabras de Piedrahita, que solo tienen otras dos personas: el humorista catalán Andreu Buenafuente y el dibujante gallego Siro López. EFE

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