En Nicaragua, Estado y FSLN se fusionaron en "maquinaria de represión", dice experto ONU

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San José, 30 abr (EFE).- El abogado húngaro Reed Bródy, miembro del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua, creado por la ONU, dijo este miércoles que el Estado de Nicaragua y el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se han fusionado a través de una reforma a la Constitución Política, que tildó de "grotesta", y se han convertido en una "maquinaria de represión".

"En el último año, el Estado y el FSLN prácticamente se han fusionado en una maquinaria unificada de represión que tiene su impacto dentro y fuera de Nicaragua", señaló Bródy, conocido como el 'cazador de dictadores', al participar de forma virtual en el foro "Ruta de justicia: el camino de las víctimas frente a crímenes de lesa humanidad", organizado en Costa Rica por la ONG Colectivo de Derechos Humanos para la Memoria Histórica de Nicaragua, en ocasión de su sexto aniversario.

En el centro de esa "maquinaria de represión", continuó el experto de la ONU, se encuentran los esposos y copresidentes de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes "operan una extensa red de inteligencia a todos los niveles, que supervisa a toda la población".

Bródy consideró que "lo que distingue el régimen actual de Nicaragua", en el poder desde 2007, "es el nivel de control total sobre todas las instituciones del Estado" y parte de la sociedad, y que basan su poder "en el miedo" de la población, "la censura y la persecución".

A juicio del experto, "la represión en Nicaragua ha cambiado mucho de forma" desde el 2018, cuando estallaron unas manifestaciones antigubernamentales por unas controvertidas reformas a la seguridad social, "cuando hubo la represión violenta letal contra las protestas masivas, donde la Policía, el Ejército y los grupos progubernamentales usaron fuerza excesiva (que dejaron) más de 350 muertos".

"Después la represión se hizo más selectiva, y en la fase actual lo que busca el Gobierno es el control total", valoró Bródy.

El abogado húngaro también criticó la reforma constitucional de Nicaragua, en vigor desde febrero pasado, que eliminó la división de poderes y aumentó la concentración de poder en la Presidencia.

"La Constitución grotesca que entró en vigor este año no tiene igual en otro país. Nunca ha habido una Constitución que concentre tanto el poder en la Presidencia", sostuvo.

Para el experto de la ONU, "Nicaragua se ha convertido en un lugar de vigilancia y silencio impuesto para quienes permanecen en el país, mientras que aquellos que se atreven a resistir o que simplemente son vistos como opositores enfentan una vida de apatridia y exilio".

Sin embargo advirtió que "ningún régimen autoritario es eterno" y animó a las víctimas de la represión en Nicaragua a documentar las violaciones a sus derechos humanos porque es la base para acusar por delitos que se pueden considerar crímenes de lesa humanidad.

"El ataque masivo contra la población civil, la persecución por razones políticas continúan, o sea que las desnacionalizaciones, las confiscaciones, forman parte de crímenes de lesa humanidad", argumentó.

 Bródy participó en el foro virtual junto a María Pía Alvira, directora del departamento de América Latina de Civil Rights Defenders; y Eduardo González Cuevas, experto en el campo de justicia transicional.

Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato -cuarto consecutivo-, con sus principales contendientes en prisión y a los que luego expulsó del país, y los privó de su nacionalidad y de sus derechos políticos tras acusarlos de "golpistas" y de "traición a la patria".

Diversos países y organizaciones internacionales han acusado al Ejecutivo sandinista de violar los derechos humanos de la población en medio de esta crisis en la que además de organizaciones, han sido cerrados por el Gobierno medios de comunicación e instituciones académicas. EFE