"Me dijeron que dejara a mis hijas": el limbo de mujeres paquistaníes deportadas de India

Guardar

Shah Abbas

Srinagar (India), 30 abril (EFE).- Alyza Rafiq es una de las decenas de mujeres paquistaníes a las que la crisis actual entre la India y Pakistán ha dejado en el limbo. Llegadas en las últimas décadas a la India, donde construyeron sus vidas, ahora muchas de ellas se ven obligadas a abandonar el país, y a sus familias, por la presión de las autoridades indias.

“Tengo tres hijos, esposo y una vida aquí. Me dijeron que dejara a mis hijas atrás. ¿Cómo puedo hacer eso? Esta es mi casa ahora”, dijo Rafiq a los medios desde su aldea, en el norte de la Cachemira controlada por la India, una vez vencido el plazo para salir de la India, que expiró el pasado domingo.

Esta mujer llegó a la Cachemira india en 2013, en el marco de un programa gubernamental para promover el regreso y rehabilitación de antiguos insurgentes, como su marido, a los que la India acusa de recibir entrenamiento en Pakistán para promover una revuelta armada en Cachemira, cuya soberanía reclaman ambos países.

Sin embargo, la actual escalada de tensión entre la India y Pakistán tras un ataque terrorista en la zona de Pahalgam, en la Cachemira india, que se saldó con la muerte de 26 personas y del que Nueva Delhi acusa a Islamabad, amenaza con tirar abajo todo lo que Rafiq y otras mujeres han construido en la última década.

En represalia por el ataque, ocurrido el martes de la semana pasada, el Gobierno indio anunció varias medidas contra Pakistán, entre ellas la revocación -a partir del 27 de abril- de la mayoría de visados para paquistaníes.

Aunque muchas de estas mujeres vivían sin esta documentación legal, puesto que habían cruzado al país de manera ilegal -al haber pasado previamente a Pakistán de forma irregular-, esta nueva forma de presión contra los paquistaníes ha llevado a la Policía, que antes no prestaba tanta atención a su situación, hasta las puertas de sus casas.

Zahida Begum es otra de las afectadas: "Llevo aquí 13 años. Si tienen que enviarnos de regreso, que nos envíen en ataúdes. Ya no nos queda vida en Pakistán", afirmó esta mujer.

El caso de muchas de estas mujeres es similar, e incluso algunas temen quedar apátridas si son obligadas a regresar a Pakistán, puesto que afirman no tener identidad legal tampoco allí.

"¿Cómo va a aceptarnos Pakistán si no tenemos documentos legales?", dijo a EFE otra mujer, Saira Bano, que agregó que las autoridades indias les confiscaron hace años toda su documentación, cuando llegaron a la India.

Según datos gubernamentales a los que tuvo acceso EFE, al menos 377 exinsurgentes regresaron a la Cachemira india por rutas informales como Nepal entre 2010 y 2018, cuando estuvo en vigor la política de rehabilitación gubernamental.

Uno de ellos fue Nazir Ahmad, que regresó al valle tras 18 años junto con su esposa paquistaní e hijos, y explicó: "¿Cómo iba a permitir Pakistán que cruzáramos por las rutas oficiales si nos habíamos ido al otro lado para recibir entrenamiento armado? Como cruzamos ilegalmente, tuvimos que regresar ilegalmente”.

Al carecer de ciudadanía formal, estas personas han vivido en una zona legal gris, sin posibilidad de obtener pasaportes ni acceder a educación superior. Aunque algunos lograron conseguir documentación gubernamental básica, esta no les otorga ciudadanía ni residencia legal.

Este limbo se ha hecho evidente con la escalada de tensión actual entre la India y Pakistán, dos potencias nucleares históricamente enfrentadas desde su independencia del Imperio británico en 1947.

Cientos de ciudadanos paquistaníes han llegado a la frontera Attari-Wagah, el único paso terrestre oficial para cruzar la frontera entre ambos países, tras el ultimátum del Gobierno indio.

La mayoría lo hicieron antes de que venciera el plazo, aunque también hubo quienes fueron deportados desde varias partes de la India hacía el paso fronterizo para que abandonaran el país.

Hasta el pasado domingo, cuando quedaron revocados la mayoría de visados para paquistaníes, 537 nacionales de ese país habían salido de la India por vía terrestre, según las autoridades indias.

En el caso de aquellos expulsados por la fuerza, aún no está claro cómo responderán las autoridades paquistaníes cuando sean devueltas en la frontera, dado que no existe un acuerdo formal de repatriación entre la India y Pakistán respecto a estas personas.

Por ahora, las familias siguen atrapadas en un círculo cada vez más estrecho de políticas, fracasos institucionales y un legado de conflicto que amenaza con separarlas por completo.

Mientras la India y Pakistán continúan sus tensiones con el conflicto de Cachemira de fondo, el destino de estas mujeres y sus hijos queda en el limbo, un doloroso recordatorio del costo humano de esta disputa geopolítica.EFE

(foto)