Apagón masivo: ¿Cuándo tiempo dura la comida en la nevera y el congelador cuando se va la luz?

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El apagón masivo que este lunes 28 de abril dejó sin suministro eléctrico a buena parte de la Península Ibérica y parte de Francia ha generado numerosas dudas entre los ciudadanos sobre cómo actuar ante la pérdida de electricidad.

Según explicó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la incidencia se produjo por una pérdida súbita de 15 gigavatios de energía, lo que supuso aproximadamente el 60% de la demanda nacional en ese momento. Aunque las causas exactas todavía están en estudio, el servicio ya se había restablecido en un 99,95% a las 7.00 horas de este martes, según Red Eléctrica.

Durante varias horas, millones de hogares se vieron afectados por la interrupción del suministro, lo que no solo paralizó la actividad habitual, sino que también planteó interrogantes sobre la conservación de los alimentos almacenados en frigoríficos y congeladores. ¿Hasta cuándo se pueden considerar seguros los alimentos tras un corte de luz prolongado?

La información elaborada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) ofrece algunas claves prácticas para saber cómo actuar en estos casos y minimizar los riesgos para la salud alimentaria.

¿CUÁNTO TIEMPO AGUANTAN LOS ALIMENTOS EN LA NEVERA?

En caso de un corte de electricidad, el frigorífico puede mantener los alimentos seguros durante aproximadamente cuatro horas si la puerta se mantiene cerrada en todo momento. Superado este tiempo, los alimentos perecederos como carnes, pescados, mariscos, huevos y sobras deben ser desechados si han estado expuestos a temperaturas superiores a 4 °C durante más de dos horas.

Es fundamental contar con un termómetro en el interior del frigorífico para comprobar si la temperatura ha superado el umbral seguro. Como regla general, si existe alguna duda sobre la seguridad de un alimento, se recomienda desecharlo sin probarlo.

¿Y EN EL CONGELADOR? ¿CUÁNTO TIEMPO MANTIENEN LOS ALIMENTOS CONGELADOS?

El congelador, por su parte, puede conservar los alimentos durante más tiempo:

Si el congelador está lleno y la puerta permanece cerrada, los alimentos pueden mantenerse seguros hasta 48 horas.

Si el congelador está medio lleno, el tiempo de conservación se reduce a 24 horas.

En cualquier caso, es importante no abrir la puerta para evitar la pérdida de frío. Si los alimentos siguen parcialmente congelados o presentan cristales de hielo, se pueden volver a congelar o consumir con seguridad.

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA CONSERVAR LOS ALIMENTOS DURANTE UN APAGÓN

Ante un corte de luz prolongado, seguir estos consejos puede ayudar a minimizar la pérdida de alimentos:

Agrupar los productos dentro del congelador para que conserven mejor el frío.

Separar las carnes y aves del resto de alimentos para evitar contaminaciones si empiezan a descongelarse.

Utilizar hielo seco o hielo en bloques para mantener la temperatura en congeladores y neveras. Se calcula que unos 23 kilos de hielo seco son suficientes para mantener frío un congelador estándar durante dos días.

Transferir los alimentos a una hielera si se dispone de bolsas de hielo o gel congelado, asegurándose de mantener la temperatura por debajo de 4 °C.

No usar el exterior como almacén improvisado: aunque haga frío, el sol puede recalentar los alimentos y existe el riesgo de contaminación por animales.

¿QUÉ ALIMENTOS DEBEN DESECHARSE TRAS UN APAGÓN?

Según las recomendaciones del USDA, los siguientes alimentos deben desecharse si han estado a temperaturas superiores a 4 °C durante más de dos horas:

Carnes, pescados, aves y mariscos crudos o cocinados

Huevos y productos a base de huevo

Productos lácteos como leche, quesos blandos o yogures

Comidas preparadas o sobras

Helados que se hayan derretido o reblandecido

Si los alimentos están todavía fríos, como si estuvieran recién sacados del refrigerador, o parcialmente congelados, se pueden consumir o volver a congelar.

EN CASO DE DUDA, MEJOR PREVENIR

El USDA insiste en que nunca se debe probar un alimento para determinar si es seguro o no. Los riesgos de intoxicaciones alimentarias aumentan considerablemente cuando se consumen productos mal conservados, por lo que, ante la duda, la recomendación es clara: más vale desechar que arriesgar.