Saná, 28 abr (EFE).- Los rebeldes hutíes del Yemen reivindicaron este lunes un ataque a gran escala efectuado con misiles y drones contra el portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman en el mar Rojo, en respuesta a los bombardeos de EEUU contra el país árabe que en las últimas horas se han saldado con casi un centenar de muertos.
"En las últimas horas, el enemigo estadounidense cometió dos masacres: la primera en Saná y la segunda, contra un centro para migrantes de varios países africanos en la gobernación de Saada, en el norte de Yemen", dijo en un discurso televisado el portavoz militar de los insurgentes, Yahya Sarea.
Según los hutíes, los bombardeos provocaron la muerte de al menos ocho personas en la capital y de otras 68 que se encontraban en un centro de custodia preventiva de migrantes africanos en la ciudad de Saada.
En respuesta a estos bombardeos, los hutíes atacaron el Harry S. Trump y otros "buques de guerra asociados" con un gran número de misiles balísticos y de crucero, además de drones, de acuerdo con Sarea, que afirmó que la operación se produjo "durante las últimas horas".
"El enfrentamiento resultante obligó al portaaviones a retirarse de su posición anterior y dirigirse al extremo norte del mar Rojo", afirmó el vocero, al tiempo que amenazó con continuar atacando el USS Harry S. Truman "hasta que cese la agresión contra el Yemen".
Por otra parte, Sarea afirmó que los hutíes también efectuaron un ataque contra "un objetivo vital" en Ashkelon, en Israel, si bien estos lanzamientos de drones y misiles suelen ser interceptados antes de llegar a territorio israelí.
Washington inició el 15 de marzo una campaña de bombardeos sin precedentes contra los hutíes en el Yemen en respuesta a los ataques de los rebeldes contra Israel y la navegación comercial en el mar Rojo, unas acciones dirigidas a "apoyar" a los palestinos de la Franja de Gaza y dañar económicamente al Estado judío.
Según el Comando Central de EE.UU. (CENTCOM), desde el inicio de la 'Operación Rough Rider' las fuerzas estadounidenses han atacado más de 800 objetivos y han matado a "cientos de combatientes hutíes y a numerosos líderes hutíes, incluyendo altos mandos de misiles y vehículos aéreos no tripulados".
Washington reconoce que la operación no ha logrado detener a los insurgentes, si bien apunta que la campaña de bombardeos ha reducido "el ritmo y la eficacia de sus ataques", ya que los lanzamientos de misiles balísticos se han reducido en un 69 % y los de drones en un 55 %. EFE
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