Santo Domingo, 14 abr (EFE).- El premio nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa vivió una relación especial con República Dominicana, un país del que adquirió la nacionalidad en 2023, le sirvió de inspiración para una de sus novelas más reconocidas -'La fiesta del Chivo' (2000)- y eligió como destino para pasar temporadas con su familia, aunque también tuvo algunos desencuentros con sectores dominicanos por su obra y opiniones.
Vargas Llosa, que nació en Arequipa (Perú) en 1936 y murió este domingo en Lima a los 89 años, adquirió también la nacionalidad española en 1993 y tres décadas después sumó la dominicana, tras ofrecérsela el presidente de República Dominicana, Luis Abinader.
"Yo le he pedido, por esa decisión de pasar gran parte de su tiempo en el país, que acepte la ciudadanía dominicana y él ha aceptado esa ciudadanía", explicó entonces Abinader, en un acto acompañado por el nobel peruano, en el que este aseguró que se sentía en su "casa" en República Dominicana, donde tenía "muchos amigos" y pretendía pasar "largas temporadas".
El político y académico, que llegó a convertirse en uno de los innovadores de la novela realista y el último referente de 'boom' latinoamericano, pasó en República Dominicana varias festividades de fin de año, como la de 2010, poco después de que le fuese concedido el Premio Nobel, o de 2011.
Este lunes, el Ministerio de Cultura dominicano le recordó asegurando a través de un comunicado que "el arte de la palabra está de luto por el fallecimiento del maestro Mario Vargas Llosa, uno de los más grandes exponentes de la literatura hispanoamericana", y despidió así a "un autor cuya obra marcó generaciones".
En 2000 el autor publicó una de sus novelas más vendidas, 'La fiesta del Chivo', una obra sobre el dominicano Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961), uno de los dictadores más crueles de América Latina, que le llevó tres años de "duro" trabajo y sobre la que llevaba otros 25 años "fantaseando" desde que en la década de 1970 pasó varios meses en República Dominicana.
Vargas Llosa había adelantado en 1999, durante un curso universitario en España con la novela aún inconclusa, que se fascinó con "la corrupción íntima en el seno de las conciencias" de los dominicanos que provocó esta dictadura (1930-1961), plagada de excesos tan extremos que hasta parecían inverosímiles al llevarlos a una ficción.
El escritor dijo entonces durante aquel curso que había llevado a cabo un gran trabajo de "documentación subjetiva", no para ser fiel a los hechos históricos, sino para "mentir con conocimiento de causa", una inmersión en unos acontecimientos que según él le fascinaba casi tanto como el proceso de escritura.
En 'La fiesta del Chivo' aparecen personajes tanto ficticios como reales, hecho que provocó sin embargo una oleada de críticas en la sociedad dominicana a raíz de la publicación de la novela en el país en abril de 2000.
Un mes después, Ramfis Rafael Trujillo Ricart, hijo de Ramfis Trujillo y nieto del dictador, aseguraba en una entrevista al periódico Listín Diario que a Vargas Llosa "se le fue la mano" con esta novela y se había burlado con ella de la moral del pueblo dominicano: "No es un libro de Trujillo, (sino) más bien (un libro) de cocina".
Reconocía el nieto de Trujillo entonces que había leído solo pasajes del libro y no quiso "profundizar más" porque le "dio un poco de vergüenza ajena (pensar) que ese señor haya podido incursionar en la historia de este país, sin conocimientos de causa".
La obra transcurre en varios planos narrativos simultáneos. En uno describe la conjura para asesinar al dictador la noche del 30 de mayo de 1961, cuando Trujillo se dirigía en su vehículo hacia San Cristóbal, y la represión que sigue tras la detención de los conjurados.
Al frente de la represión figuraron el propio Ramfis Trujillo, quien abandonaría meses después República Dominicana y moriría en las afueras de Madrid a consecuencia de un accidente de tráfico al poco tiempo, y el jefe del servicio de Inteligencia, Johnny Abbes.
'La fiesta del chivo' fue llevada al cine en 2005 bajo la dirección de Luis Llosa, primo del autor, y estuvo protagonizada por Isabella Rossellini y Timas Milian.
El 7 de octubre de 2010 se anunció la concesión del Nobel de Literatura a Vargas Llosa y el 10 de diciembre recibía en Estocolmo, de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia, la medalla y el diploma que le acreditaban con el galardón más importante de las letras.
Días después, el autor peruano viajaba a República Dominicana, donde además de recibir el Año Nuevo, fue condecorado por el entonces presidente del país, Leonel Fernández, con la Orden Heráldica de Cristóbal Colón en el grado de Gran Cruz de Placa de Plata.
En 2011 Vargas Llosa también despidió el año en República Dominicana, donde aquel 28 de diciembre recibió el doctor honoris causa por la Universidad APEC.
El idilio se volvió a romper sin embargo con ciertos sectores de la sociedad dominicana en 2013, después de que Vargas Llosa publicara un artículo de opinión en contra de una sentencia del Tribunal Constitucional dominicano que afectaba a los descendientes de haitianos indocumentados.
A pesar de la polémica, en febrero de 2016 el Ministerio de Cultura dominicano otorgaba al escritor peruano el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, algo que agradeció Vargas Llosa.
"Que, pese a ese antecedente, se me conceda este premio habla muy bien del espíritu democrático, tolerante y abierto que por fortuna parece prevalecer en el país", escribió el autor cuando se le comunicó el galardón.
Meses después, al recibir el premio, Vargas Llosa destacó: "Conocí a este país en 1974 y desde entonces he tenido con él una historia de amor, tempestuosa, tropical y caribe que no ha estado exento de traumas y diferencias". EFE
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