El papa pide "tender la mano al que ya no puede más" en su homilía del Domingo de Ramos

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Ciudad del Vaticano, 13 abr (EFE).- El papa, que sigue la recuperación de sus problemas de salud, pidió "tender la mano al que ya no puede más" en la homilía leída en su nombre en la misa del Domingo de Ramos, la celebración que abre los ritos de la Semana Santa, marcada este año por la convalecencia de Francisco.

"La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado", indicó el pontífice en un texto leído por el cardenal argentino Leonardo Sandri.

El papa delegó en Sandri, vicedecano del colegio cardenalicio, para que presidiera la solemne celebración litúrgica del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, aunque después de las últimas apariciones inesperadas de Francisco, los fieles que abarrotaban la plaza de San Pedro esperaban una nueva sorpresa, que nunca se puede descartar.

El pasado domingo, el papa reapareció en persona ante los fieles en la plaza, al final de la misa del Jubileo dedicada a los enfermos, desde el 23 de marzo, cuando salió del hospital Gemelli de Roma después de 38 días ingresado por una neumonía bilateral y otros problemas respiratorios.

Y en la última semana ha salido en otras dos ocasiones de su residencia, a pesar de que los médicos estimaron que debía permanecer al menos dos meses de reposo y recibir pocas visitas

Hoy, la plaza, con más de 20.000 fieles presentes, estaba engalanada con las ramas de olivo y palmas que los fieles, religiosas y miembros de la Curia habían portado en procesión antes de la misa, recordando la entrada triunfal en Jerusalén de Jesús de Nazaret.

Antes de la ceremonia eucarística que marca el inicio de la Semana Santa, momento central del catolicismo, tuvo lugar la procesión el obelisco central de la plaza de San Pedro, donde las ramas fueron bendecidas.

Después se trasladaron hasta el interior de la basílica en uno de los ritos más antiguos de la religión católica, que data del siglo IV, y en el que hoy participaron 39 cardenales, 33 obispos y más de 300 sacerdotes.

"Hermanos, hermanas, para experimentar este gran milagro de la misericordia, decidamos durante la Semana Santa cómo llevar la cruz; no al cuello, sino en el corazón", leyó el cardenal Sandri el texto de Francisco.

"No sólo la nuestra, sino también la de aquellos que sufren a nuestro alrededor; quizá la de aquella persona desconocida que una casualidad —pero, ¿es una casualidad?— hizo que encontráramos. Preparémonos a la Pascua del Señor convirtiéndonos en cireneos los unos para los otros", añadió.

Francisco aludía a Simón de Cirene, figura sobre la que reflexionó en su homilía recordando que acompañó a Jesús cargando la cruz por orden de los soldados: "Él regresaba en ese momento del campo, pasaba por ahí, y se vio envuelto en una situación inquietante, como el pesado madero cargado sobre sus espaldas", dijo.

"Sigamos ahora los pasos de Simón, porque nos enseña que Jesús sale al encuentro de todos, en cualquier situación", instó Sandri leyendo el texto del papa.

Y "cuando vemos la multitud de hombres y mujeres que manifiestan odio y violencia en el camino del Calvario, recordemos que Dios transforma este camino en lugar de redención, porque lo recorrió dando su vida por nosotros. ¡Cuántos cireneos llevan la cruz de Cristo!", añadió.

Asimismo, se preguntó: "¿Los reconocemos? ¿Vemos al Señor en sus rostros, desgarrados por la guerra y la miseria? Frente a la atroz injusticia del mal, llevar la cruz nunca es en vano, más aún, es la manera más concreta de compartir su amor salvador". EFE

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