El enemigo de Panamá "no es una potencia extranjera, es la corrupción", alerta arzobispo

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Ciudad de Panamá, 13 abr (EFE).- El arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, alertó este domingo que el "verdadero enemigo" de Panamá "no viene del exterior ni es una potencia extranjera" sino que "se esconde dentro y es la corrupción y la impunidad".

Ulloa se expresó así durante la liturgia por el Domingo de Ramos y en momentos en que hay polémica en los sectores políticos del país por la firma de acuerdos en materia de seguridad entre los gobiernos de Panamá y EE.UU. que amplían la presencia militar temporal estadounidense en el país.

También cuando socios políticos del expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014), refugiado hace más de un año en la Embajada de Nicaragua en Panamá para evitar ir a la cárcel por una sentencia a más de 10 años por blanqueo, impulsan en el Parlamento una ley que le otorgaría a él y otros políticos acusado por ese y otros delitos comunes, entre ellos el expresidente Juan Carlos Varela (2014-2019), una amnistía.

Además varios exministros, otros exfuncionarios y empresarios han sido absueltos en casos de presunta corrupción que llevan años en los tribunales, lo que ha causado indignación en varios sectores y anuncios de la Fiscalía de que apelará esos fallos.

En este contexto, Ulloa ha afirmado este domingo que la sociedad panameña atraviesa ahora "días de desconcierto y dolor, donde la democracia se resiente".

"El principal enemigo de Panamá no viene del exterior, no es una potencia extranjera. El verdadero enemigo de Panamá somos cada uno de nosotros en la sociedad, en la familia, en los negocios, en la religión. Porque el verdadero enemigo se esconde dentro y es la corrupción y la impunidad", clamó el prelado.

La corrupción, recordó Ulloa, "roba recursos que deben ir a hospitales, escuelas, viviendas, agua potable", y "convierte la política en negocio y el poder en una puerta giratoria".

La "impunidad permite que quienes traicionan al país salgan caminando como si nada", haciendo "sentir a la gente que no vale la pena luchar porque al final todos hacen lo mismo".

"Panamá merece más. Merece Justicia que no tenga precio, merece instituciones que sirvan, no que se vendan. Un país donde nadie esté por encima de la ley. Por eso, la lucha contra la corrupción no es solo una lucha política, es una lucha moral, espiritual, ciudadana", afirmó el arzobispo.

Este combate contra la corrupción "empieza en lo pequeño, en lo cotidiano pero exige también un grito firme, una vigilancia activa y una conciencia despierta", añadió.

"En esta liturgia de este Domingo de Ramos, el clamor de justicia, de dignidad y de respeto a la voluntad popular se eleva junto al canto de 'oh sana' (...) queremos, como aquel pueblo que salió a recibir a Jesús, ser protagonista de un nuevo tiempo, donde la esperanza no sea sofocada por la corrupción, la impunidad ni la desigualdad, sino fecundada por la participación, el bien común y la verdad", resaltó Ulloa. EFE