Kinsasa, 13 abr (EFE).- Una calma volátil regresó a Goma, estratégica ciudad en el este de la República Democrática del Congo (RDC) y bajo el control del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), después de que, la noche del viernes al sábado, tiros y bombardeos sacudieran la urbe.
Los rebeldes y el Gobierno congoleño se culparon mutuamente de los ataques, que fueron reivindicados este domingo en declaraciones a EFE por las milicias wazalendo (‘patriotas’ en suajili), aliadas de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC).
"Atacamos las posiciones de los enemigos, los rebeldes del M23, que tienen el apoyo del Ejército de Ruanda, con el objetivo de liberar a la población de Goma, retenida como rehén", dijo a EFE por teléfono Willy Mishiki, un portavoz de la milicia.
"Reivindicamos este ataque que solo busca liberar a nuestro pueblo", añadió Mishiki, al relatar que efectivos de los wazalendo y de las FARDC abandonaron el viernes el territorio de Nyiragongo en dirección a Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte.
Los tiroteos y bombardeos aterrorizaron a la población de la ciudad, donde "la situación de seguridad es muy frágil en este momento, los comercios están cerrados y todo está paralizado", según explicó a EFE Julien Kinyambisa, presidente de la sociedad civil de la urbe de Masisi, también en Kivu del Norte, que se vio desplazado recientemente a Goma por la violencia.
"Los enfrentamientos fueron horribles en los barrios de Mugunga Lac-Vert y Keyeshero, donde los wazalendo atacaron las posiciones del M23, que tenían muchos de sus efectivos", detalló Kinyambisa.
"Los vimos ayer (al M23), recogiendo los cadáveres de sus compañeros. Podría haber cerca de 100 rebeldes muertos", agregó.
En un comunicado difundido a última hora de este sábado, el Ministerio congoleño del Interior responsabilizó al M23 de los hechos y cifró en 52 los civiles muertos, un número que EFE no pudo verificar.
Asimismo, según el Gobierno de la RDC, los rebeldes perpetraron entre el 6 y el 11 de abril 297 ejecuciones sumarias, 72 violaciones y más de 146 casos de torturas, además de saquear ganado, vehículos y centros sanitarios.
Por su lado, el portavoz militar del M23, Willy Ngoma, afirmó la mañana del sábado en la red social X: "Tras la enésima provocación de la coalición criminal (...) en varios barrios de Goma y sus alrededores, la situación está bajo control y reina la calma. Los leones siguen al acecho".
En otro comunicado publicado este domingo en la misma plataforma, el grupo rebelde condenó las operaciones y subrayó que "los recientes intentos de las fuerzas de la coalición de Kinsasa de retomar el control de Goma han sido rechazados con contundencia".
El conflicto del este de la RDC escaló a finales del pasado enero, cuando el grupo rebelde tomó las ciudades de Goma y Bukavu (capital de la provincia vecina de Kivu del Sur); ambas fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamentales para la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.
Desde la intensificación de la ofensiva del M23, apoyado por Ruanda -según las Naciones Unidas y países como EE.UU., Alemania y Francia-, cerca de 1,2 millones de personas se han visto desplazadas en estas dos provincias, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU.
Además, los enfrentamientos que estallaron en Goma y alrededores dejaron más de 8.500 muertos en enero, detalló a finales de febrero el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba.
La actividad armada del M23, formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994, se reanudó en Kivu del Norte en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño.
Desde entonces, ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores de una posible guerra regional.
El este de la RDC está sumido, desde 1998, en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco). EFE
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