Arranca la Expo de Osaka, una ventana al futuro y un escaparate de 158 países

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Antonio Hermosín Gandul

Tokio, 13 abr (EFE).- La Exposición Universal de Osaka 2025 abrió sus puertas al público este domingo, con la vocación de ofrecer una ventana al futuro y de ser un escaparate para las culturas de los 158 países participantes.

Pese a la lluvia constante que cayó durante la mañana, una multitud hizo cola desde una hora antes de la apertura para entrar al recinto, ubicado en Yumeshima, una isla artificial erigida en la bahía de Osaka.

Equipado con paraguas y chubasqueros, el público comenzó a entrar en el recinto pasadas las 9:00 hora local (0:00 GMT), tras una ceremonia inaugural en la que autoridades niponas cortaron una cinta roja y dieron la bienvenida a los visitantes, coincidiendo con un momento en que el cielo se aclaraba.

Se espera que unas 140.000 personas visiten la Expo en esta jornada inaugural y que unas 220.000 pasen cada día de los seis meses que estará abierta al público hasta el próximo 13 de octubre, con lo que se espera sumar unos 28 millones de visitantes.

Este es el segundo evento de este tipo que acoge la tercera mayor ciudad de Japón, tras la Expo de 1970, aún recordada como un símbolo del auge económico y cultural nipón de la época - versión que atrajo entonces a 64 millones de personas- y a la cual hay diversos guiños en la actual exposición.

El recinto presenta una muestra de ciencias y tecnologías de vanguardia, como automóviles voladores, robots autónomos y controlados de forma remota, energías limpias como el hidrógeno verde o un corazón artificial creado con células pluripotentes inducidas, así como una mirada a la tradición de Japón y a las culturas de todos los países participantes.

Un total de 158 países participan en la Expo, junto a siete organizaciones internacionales. Entre ellos hay ausencias llamativas y por diversos motivos como México, Argentina o Rusia, mientras que sí participan otros territorios marcados por el conflicto, como Ucrania, Palestina e Israel.

De entre los países participantes, 42 han optado por construir pabellones de diseño propio, como España, Colombia, Francia o Estados Unidos.

Otros, como Cuba o Uruguay, comparten espacios, mientras que naciones como Chile y Perú han adaptado pabellones prefabricados ofrecidos por Japón.

Entre las construcciones más llamativas desde su exterior destacan el pabellón de España, inspirado en el Sol y el mar y que recibe a los visitantes por una amplia escalera de cerámica; el de Francia, con una fuerte impronta artística; el de Italia, que alberga un pequeño Coliseo; y algunos asiáticos con fachadas de madera y otros elementos naturales como los de Malasia, Indonesia y Filipinas.

El evento ha estado marcado por los obstáculos y retrasos que han sufrido muchos países para poder completar a tiempo la instalación de sus pabellones.

De hecho, cuatro países (la India, Nepal, Vietnam y Brunéi) no pudieron terminar sus montajes a tiempo para esta primera jornada, mientras que los pabellones de Chile y Brasil acogieron hoy una ceremonia de inauguración propia y abrirán al público este próximo lunes, según explicó a EFE la organización.

Para proteger la seguridad del evento, se ha desplegado un equipo especial de 250 policías de forma permanente en el recinto, así como 2.000 guardias privados, y se ha prohibido el vuelo de drones en un radio de un kilómetro alrededor del recinto.

También se han aplicado restricciones de tráfico alrededor de la isla de Yumeshima, que cuenta con su propia estación de metro ubicada junto a la entrada de la sede, a la que no se podrá acceder con vehículos privados.

Para acceder al núcleo de la exposición, los visitantes deben cruzar el Grand Ring (Gran Anillo), reconocido como la estructura de madera más grande del mundo y que evoca una sucesión o superposición de 'tori' o arcos sintoístas, de dos kilómetros de longitud, de entre 12 y 20 metros de altura y 30 de ancho.

Esta monumental construcción, a la cual puede subirse por unas escaleras para disfrutar de una vista aérea de la Expo, rodea a los distintos pabellones nacionales y cuenta con una zona verde denominada 'bosque de la tranquilidad' en el centro.

El complejo cuenta con áreas de descanso, restaurantes y puestos de comida callejera nipona -en ellos se puede encontrar desde fideos ramen o sushi hasta 'takoyaki' (buñuelos de pulpo)- e internacional, y está dividido en tres grandes zonas temáticas: 'salvar vidas', 'empoderarlas' y 'conectarlas', en línea con el lema principal del evento: 'Diseñar la sociedad del futuro para nuestras vidas', según detalló la organización.

En la expo también hay diversas muestras de energías sostenibles y simulaciones de urbanismo futurista y no podían faltar iconos de la cultura popular nipona como un robot gigante Gundam, esculturas de Pokémon o el personaje de manga Astroboy.

Varios estudios estiman que el evento tendrá un impacto económico total de entre los 2 y los 2,9 billones de yenes (entre los 12.270 y 17.600 millones de euros o los 13.930 y los 20.205 millones dólares, aproximadamente).

Aunque esto supondría una importante inyección de dinero para la cuarta economía mundial, la Expo ha generado hasta el momento un interés modesto entre la población nipona, y llega tras una serie de noticias negativas como los sobrecostos que acarreará organizarlo o los retrasos en la construcción.

Así mismo, la venta anticipada de entradas, que debía cubrir gran parte de los costos operacionales, alcanzará unos 11 millones de entradas, lejos del objetivo de 14 millones que se había fijado la organización. EFE

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